MI DECISION II

Capítulo 54

Capítulo 54

Un jadeo se le escapó a María... Mientras que Esteban le descubría el torso...

Y si eso era lo había, ella también lo empezó a desvestir... Uno a uno los botones de la camisa, bastante rápido, pues tenía prisa... Más que Esteban, pues ya él le acariciaba la piel... De la espalda, los brazos... Y en nada ya le cubría los senos...

Se los frotó, mientras se besaban...

Las prendas se fueron apilando a un lado del escritorio... Blusa... Camisa... Pantalón... Ropa interior...

Esteban, completamente abrazado a ella, se había ubicado entre sus piernas... La jaló y la ubicó justo en el borde del escritorio...

M: Esteban...

E: sí... Dí mi nombre...

M: te amo... Te amo...

Gimió al oído de su esposo... Completamente llena por él...

Era una satisfacción muy grande... Placer físico, pero también amor... Con nadie más habían tenido eso...

Sin poder controlarse, se dejó llevar en el primer envite... Sus labios la devoraban, y sus caderas se movían sensualmente entre las piernas femeninas...

María se agarraba con sus manos a los brazos de él... Mientras duraban las embestidas... Y jadeando contra la boca de él...

El placer que los envolvió fue exquisito...

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Algunas cosas terminaron en el suelo, ni cuenta se dieron en qué tiempo se cayeron...

Y totalmente abrazada a él, de brazos y piernas, María besaba el hombro de Esteban... Al tiempo que le acariciaba el cabello...

M: no puedo creer que finalmente nos quedamos aquí...

E: ya teníamos que estrenar mi despacho, ¿no crees...?

M: Esteban...

E: nos tomó más de un año... Pero me gustó... ¿y a ti...?

M: me encantó... Ahora vamos a vestirnos... Me da terror que venga alguien y toque la puerta... Como siempre pasa...

E: vamos... (Dándole un último beso)

Aunque no sería el último beso de la noche, subían las escaleras bastante acaramelados, y se encontraron con Laura y Miguel en el pasillo.

E: hijos...

M: hola...

Lau: hola...

Situación más que incómoda, graciosa...

Mi: ¿de dónde vienen...?

M: del despacho de tu papá... Fui por él...

Lau: aah...

E: no sé ustedes, pero yo estoy agotado... Buenas noches...

Sin soltarse de la mano, fue así como Laura y Miguel vieron a sus padres irse a la habitación que compartían.

Se miraron y se encogieron de hombros.

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Entrevista a la primera dama, para un programa de mujeres. Pero claro que haría eco en todo el país y el mundo.