Capítulo 17

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Capítulo 17

Analizando si firmaba o no un nuevo proyecto de ley se encontraba el presidente cuando el ministro de defensa lo interrumpió.

MD: Servando Maldonado está en la cuidad, señor...
E: ¿y por qué no lo han detenido?? (Poniéndose en pie)
MD: lo estamos cercando... No queremos se nos escape, además...
E: ¿además qué, Ministro?? Hable.
MD: está en la clínica donde su suegro está internado...

Una sensación de terror invadió a Esteban.

E: ¡Mi esposa está también allí! (Alcanzando su teléfono y marcando un número que se sabía de memoria)

-Clínica- Habitación Sr. Fernández

Con el teléfono de María en sus manos, Servando vio quién la llamaba.

Ser: qué romántico... ¿"Mi Amor"?? Por favor, todos sabemos que tu padre y el de Esteban arreglaron este matrimonio.
M: tú no sabes nada...
Ser: ¿te olvidas que por décadas fui amigo de Antonio?? Siempre le lancé indirectas de lo perfecta que eras, fue entonces que empezó a ofrecerte con San Román...
M: eso no es cierto... Hablas como si yo fuera un objeto...

En silencio, María rogaba que alguien entrara, médicos, enfermeras o quien fuera... Servando le apuntaba con el arma y no dudaba que dispararía...

Ser: siempre te deseé, María... Ya lo sabes... Desde aquella primera vez que te vi...
M: estás enfermo... Yo era una adolescente...
Ser: pero a Esteban sí que le coqueteabas, ¿no?? Desde siempre... Aunque él anduviera con una y con otra...
M: ¿qué quieres?? Mi equipo de seguridad está afuera, y dentro de nada entrarán...
Ser: voy a matar a tu padre y tú vendrás conmigo...
M: ¿cómo crees que vas a hacer eso?? Hay mucha gente que no lo va a permitir...
Ser: lo que no van a permitir es que mate a la primera dama... Por eso me dejarán salir e irme...

La puerta se abrió inesperadamente, pero más inesperada fue la presencia del primogénito de los San Román.

Mi: ¿mamá?? (Viendo el arma apuntando la cabeza de su madre)
M: ¡Miguel, vete! ¡Sal de aquí!
Ser: esto me está saliendo mejor de lo planeado... El hijo predilecto de Esteban San Román.
Mi: ¡suelta a mi mamá, imbécil!
Ser: ¿tan valiente saliste??
Mi: ¡y tú tan cobarde que no puedes enfrentarte a un hombre y lo haces con una mujer!

El grupo de seguridad ya había sido informado de la presencia de Servando en la clínica y todo el edificio y el personal estaban alertas.

Pero así mismo la gente que llegaría y sacaría al viejo de ahí, ya estaban listos. El problema residía en que ahora también quería llevarse al hijo del presidente.

Había muchísimas preguntas que nadie podía explicar, ¿cómo había entrado Servando a la clínica?? ¿Qué quería hacer?? ¿Y cómo pretendía huir??

Era todo muy descabellado, pero al conocer los principios de Esteban, el viejo sabía que harían lo posible para que la prensa no se enterara y además no habrían muertos.

El presidente era muy fiel a aquello, no le gustaba que nadie resultara herido, mucho menos de los suyos ni inocentes.

En conclusión, lo dejarían escapar o se armaría un tiroteo, ya nada le importaba a Servando, esa era su última carta.

La camioneta presidencial entró por el estacionamiento de los médicos.

Esteban decidido a subir él mismo y destruir con sus manos a ese infeliz. Contra los concejos de todos que no podía ni debía hacerlo.

Los hombres de Servando fueron poco a poco identificados y detenidos, ahora la cosa se ponía peor.

Sr.Fer: ¿Qué pasa...? (Abriendo los ojos y viéndose rodeado de cables)
Ser: mi querido amigo...
Sr.Fer: ¿qué haces aquí...?
M: papá, no hables, ni te muevas...
Sr.Fer: ¿después de todo lo que hiciste te atreves a amenazar a mi hija, desgraciado??
Mi: abuelo, cálmate... No dejaré que a mamá le pase nada...

Servando se puso nervioso cuando ninguno de sus hombres le contestaban. Los esperaba para lo ayudaran a escapar...

Tomó el teléfono de María y le marcó a Esteban.

E: ¿María?? Mi amor...
Ser: sin cursilerías, señor presidente... Tengo a tu mujer y a tu hijo... También a tu suegro...
E: estás rodeado, infeliz. Entrégate de una buena vez. No tienes escapatoria.
Ser: si tú ordenas que me dejen salir, lo harán...
E: es imposible... Esto lo está manejando el equipo secreto...
Ser: ¡tú eres el presidente! ¿Quieres que los mate aquí mismo a todos?? ¿Por quién empiezo?? ¿Tu mujercita o tu hijito??
E: está bien... Pero NO vas a hacerles nada.

Sin que él se diera cuenta, le habían dado instrucciones al presidente para que entretuviera al viejo Servando.

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