Capítulo 20

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Capítulo 20

Y mientras cenaban, conversaban... De sus hijos... De lo que habían planeado para el recibimiento de los mandatarios y sus esposas, y también de las preocupaciones de ambos...

M: estuve pensando lo que me dijiste... Y tienes razón... No vamos a estresarnos...

E: mi amor, no vale la pena...

M: tampoco tú con los temas que van a discutir... Por favor, mi vida...

E: no voy a preocuparme... Te lo prometo...

M: gracias...


^^ CASA PRESIDENCIAL ^^

Casi las 11 de la noche cuando regresaron a casa, pasaron a ver si los niños dormían, pero los únicos que no lo hacían eran los mayores.

Mi: ¿cómo les fue...?

E: bien... (De manos tomadas con María) La comida en el restaurant de Roberto es siempre exquisita...

M: y la atención inmejorable...

Lau: varias personas subieron fotos con ustedes a las redes sociales...

E: bueno... No podemos hacer mucho respecto a eso...

M: pero ya necesitamos descansar, mis amores... Se nos vienen días bastante ocupados...

Lau: voy a hablar un rato más con mi hermano...

M: no se desvelen, por favor... Mañana tienen clases...


-Habitación Matrimonial-

Esteban entró detrás de María, por lo que le tomó una mano y la atrajo a su cuerpo apenas cerró la puerta.

E: ahora sí... Puedes hacerme la misma pregunta que en el restaurant...

M: ¿cuál...?

Claro que ella sabía de qué pregunta hablaba él, pero quería jugar con su marido...

E: la que me hiciste mientras veíamos el menú...

Mirada y tono de voz seductor... Sus manos pasando por la cintura y caderas de su mujer... Y lamiéndose los labios, como saboreando lo que estaba por venir...

M: ¿de qué tienes ganas esta noche...? (También lamiéndose los labios)

Parafraseando, pero el sentido era el mismo...

E: de ti... (Terminando de acortar la distancia y cubriéndole la boca con arrebato) Solo de ti...

No tardaron mucho en desvestirse, verdaderamente tenían ganas...

María sintió la presión del creciente deseo de su marido... Lo tenía sobre su cuerpo...

Desnudo... Igual que ella... Sus manos recorriéndola... Y encendiéndola más...

Esteban dio un leve mordisco al hombro femenino... Haciéndola gemir...

M: Esteban... (Su voz sonaba débil, producto del deseo)

E: te deseo tanto, María...

Un susurro, con el que ella corroboró que su esposo tenía la voz más sexy del mundo...

Y la boca también... Aunque parecía querer comérsela de un solo bocado, sus besos le resultaban eróticos... Le recorrieron el cuello, llegando a la clavícula... Un pezón rígido que parecía pedirle atención...

MI DECISION IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora