Aléjate, eso fue lo que dijo la persona detrás de la línea telefónica y luego colgó, me quede asustada mirando el teléfono por un rato y preguntándome ¿qué mierda había sido eso? En mi mente eso no podía ser real, podía ser una mala broma de personas que no encuentran qué hacer con su vida.
Aun así eso no me permitió concentrarme porque solo pensaba en esa extraña voz que me decía que me aleje, pero ¿de qué?
Eso me mantuvo pensando todo el tiempo, tanto que cada que me hablaban me espantaba, porque era una voz extraña, ronca, ni si quiera parecía de un humano, por ende da a entender que estaba distorsionada, pero aun así era escalofriante, demasiado.
—Anna —escucho e inmediatamente salto del susto en mi silla.
Levanto la mirada y veo a Bruno frente a mí mirándome con su ceño fruncido. Si estaba distraída y tal vez no era para tanto, pero no podía dejar de pensar.
—¿Estas bien? —volvió a preguntar.
—Sí, claro, ¿Qué necesitas —habla apresurada.
—¿Estas segura? —Dijo dudoso —es que te estaba hablando hace un momento y estas toda ida.
Yo solo asiento para que me diga que necesita, pero sé que tenía razón, estaba con mi mente toda loca solo pensando en la llamada y últimamente le estoy donde vueltas a las cosas, se me es difícil no pensarlas demasiado, me estoy volviendo muy analística con todo, hasta para dar un paso, aunque esto con mi jefe no, bueno esta vez decidí que aunque me cueste el empleo voy a tirar la aventura. Bueno Cleo también me convenció, porque el interés estaba ¿no?
¡Rayos! Que mierda estoy pensando si solo fueron dos besos... *unos besos muy calientes y excitantes la verdad* ¡joder! No puedo estar pensado así, por poco y cometo una locura y lo peor es que ahora es que lo pienso. Yo misma estaba tomando la iniciativa.
Me pongo una mano en la boca.
No puede ser, es que esos besos eran tan hipnóticos, porque que otra razón había, bueno, también estaba el deseo que estaba teniéndole después del sueño que tuve. Aunque pensando las cosas mejor todo está siendo algo rápido.
¡Demonios! Pero ni siquiera es una relación para ir lento y tampoco lo será, no, no puedo hacer esto, tampoco puedo perder mi empleo, aunque con mi jefe, es que es exquisito y él me busco primero y tampoco puedo involucrar a una persona tan rápido a mi vida.
Bueno y quien está hablando de algo serio, se trata de una aventura, de saciar las ganas que me provoco aquel sueño y una aventura al año no hace daño, porque es que es tanto sin un hombre, ya ni se cómo proceder con Nicolás, que no es un hombre cualquiera.
Salgo de mis pensamientos cuando siento una mano tomar la mía, me doy cuenta que estaba mirando un florero, bueno no lo hacía en realidad, más bien pensaba, pero dirigí mi mirada a Bruno y luego a su mano que sostenía la mía.
Sé que Bruno estaba interesado en mí se le veía a leguas, pero yo no, yo solo pensaba en Nicolás. Bruno no estaba mal, era un chico guapo de ojos claros, pero por cierta razón ya no me atraían los ojos de ese tipo, más bien los ojos café oscuro de mi jefe, eran los que me hacían suspirar.
¡NO! Ya basta de pensar en él.
Vuelvo a la realidad cuando siento como soban mi mano y otra vez es Bruno que me mira extrañado.
—¿Segura que estas bien?
—Sí, ya no me hagas caso, solo estoy distraída —le dije con una sonrisa. —pero dime que necesitas.
—Bueno... -pasa su mano por su nuca, señal de que está nervioso o dudoso, así que le sonrió más y ánimo para que hablara sin miedo. —Esperaba que no tuvieras mucho trabajo hoy —dijo al final algo temido y la verdad se me hacía tierno.
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Mi Deseo. ©
Teen FictionCOMPLETA. ✔️ Que sucede cuando el que creías el amor de tu vida, te abandona con una niña en brazos y aún más peor que deje todas sus explicaciones en una siemple carta. Eso es algo de lo que Anna Roberts te puede hablar muy bien. Después de queda...