Capítulo 33.

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Sábado ese es el día del gran evento, sábado a las 8:30... Todo normal.

No, no todo esta normal porque ese es el mismo día que Cleo y yo hemos escogido para buscar el dichoso vestido y lo que es peor es que me deje convencer de mi amiga de que lo encontraríamos de una vez y no ¡No!

Llevamos casi medio día caminando de tienda en tienda en la plaza más fina y cara de la ciudad, solo con ver los precios me da un colapso. Pero también tengo que admitir que hemos tardado más porque cada vez que vemos una tienda de niñas nos detenemos a comprarle algo a Maya. Es que sucede que cuando tienes a una niña en la familia, para no decir hija, solo piensas en esa criatura hermosa y por cierto Maya también nos acompaña, pero a diferencia de mi, ella parece disfrutar todo y como no, si ella solo ha caminado un rato porque no queremos que se cansé así que Cleo y yo nos turneamos para cargarla.

Me he mensajeando varias veces con Nicolás, es increíble pero es como si no pudiéramos durar ni dos minutos sin hablar, tiene mucho interés en Maya y en mi y a cada momento pregunta como estamos y que hacemos y yo toda emocionada le respondo,  aunque no le he dicho que en realidad estoy vuelta loca buscando un vestido, quiero impresionarlo y lucir totalmente hermosa para él y claro para mi también. 

Después de dar muchas vueltas al fin entramos a una gran tienda de nombre pearl y tan pronto lo hicimos mis ojos captaron un hermoso vestido color burdeos que me dejo con la boca abierta, con Maya agarrada de la mano voy directo hacía donde esta y hasta de cerca se ve mas hermoso. El vestido era ceñido al cuerpo, con un escote en forma de V, las mangas caían sobre los hombros, siendo el escote de la espalda mas grande y con un hermoso abierto en la pierna izquierda, no era un vestido cualquiera eso estaba claro y me enamore por completo de el.  

—¡Que belleza! —dice Cleo cuando llega hacia donde estábamos Maya y yo  —tiene que ser tuyo amiga, mira hasta se parece a ti. —dice con cara de emoción y yo solo la miro girando los ojos, eso mismo lleva diciendo con cada vestido que encontramos de mi talla. 

—Si esta hermoso —le digo rodeándolo y luego agarro la etiqueta e inmediatamente miro a Cleo, ella capta mi mensaje y se acerca para mirarla también y por primera vez en el día la veo abrir los ojos a tal punto que pareciera que se le salían. 

—¿Que tiene?... ¿oro? —me pregunta con cara de sorpresa —esta mucho más caro que todo los que hemos visto. 

—Esta muy lindo, Mami —dice maya como por decir algo. 

—Creo... que podemos buscar... otro... otro más lindo —digo de manera titubeante y Cleo me mira de manera dudosa, pero luego asiente sin dejar de mirarme. 

—No creo mami, este es mucho más lindo —dice maya y Cleo y yo la miramos. 

—ja, ja, que linda mi sobrinita, ayudando. —dice Cleo con una mueca de sonrisa en su cara. —Esta muy hermoso... pero quizás encontremos otro mucho mejor —dice Cleo ya estando seria para animarme y animarse así misma. 

—Sí —digo asintiendo mirando el vestido —mejor lo dejamos. 

Cleo y yo asentimos, pero la verdad es que no podemos dejar de mirar al maravilloso vestido y cuando al fin nos decidimos por irnos, vemos que dos mujeres se le acercan y como si de algo automático se tratara Cleo y yo corrimos hacia el vestido. 

—Nos lo llevamos. 

—Es nuestro. 

—Es de mi mami. 

Decimos Cleo y yo al unísono y una pequeña voz de niña detrás que solo causa ternura. 

—Pero si se estaban alejando —dice una de las mujeres. 

Mi Deseo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora