capítulo 34.

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Anna 

Al momento de llegar lo primero que se hace notar son todos los reporteros en la puerta, atentos a cada auto y a las personas que descienden de el.

Y en ese momento empiezan mis nervios, se supone que eso saldrá en la tv.

Nicolás, que en todo el camino a sostenido mi mano se da cuenta de mis nervios.

—Tranquila, solo serán una fotos, además estás hermosa.

—¿Siempre son tantos? —pregunto mientras miro por la ventana del auto.

El chófer ya había descendido y estaba parado justo al lado de la puerta del coche, supongo que esperando una señal de Nicolás.

—Sabes, te miro y me preguntó cómo fuiste capaz. —dice Nicolás de pronto y hace que despegue la vista de la ventana y me concentre en él.

—Disculpa, ¿cómo fui capaz de que?

—De salir esta noche y opacar a la Luna con tu belleza —dice cómo si nada y justo ahí me quedo sin palabras, este hombre sabe hasta hacer que se me olvide respirar — Esta noche brillas más que ella, cielo.

—Solo quieres distraerme —digo dándole una pequeña sonrisa.

—No, solo estoy diciendo la verdad. —dice y siento un hormigueo por todo mi cuerpo, mi corazón late con fuerza y mis ojos no pueden ver otra cosa que no sea él. —Estoy empezando a creer que en realidad no tiene espejos en casa, Anna. 

Continua al ver que no digo ni una sola palabra. Su último comentario me saca una sonrisa más amplia.  entonces el alza su mano y lentamente acaricia mi mejilla.

Su tacto hace que mi cuerpo sienta una fuerte electricidad hasta calentarlo y estoy segura que debo estar de todos los colores.

Después noto que le da dos toques a la ventana y en seguida le abren diciéndome que no salga aún, veo que da la vuelta y luego sonriendo abre mi puerta, tomo la mano que me extiende y salgo del auto.

Tan pronto mi cabeza sale, una fuerte luz me ciega y santo cielos tan solo llegar Nicolás hizo que todos se volvieran locos.

Me sentía rígida mientras caminaba hacia la puerta con una pequeña sonrisa que seguro se notaba más falsa que una muñeca, pero todo eso paso a segundo plano cuando Nicolás se acercó lentamente a mi oído.

Aún no he entrado y ya quiero que salir, está noche te hago mía Anna Roberts... No estés nerviosa, ellos son los que deberían estarlo solo por estar ante tu magnífica presencia.

Dios, es que este hombre quiere acabar con mi poca cordura. Tan pronto dice eso todo para mí fue insignificante y no sentía más que el deseo de que esas palabras, Nicolás las cumpliera.  

Al momento de entrar fuimos recibidos por el encargado de las entradas y desde ahí todo fue más relajado para mí. Inmediatamente personas importantes como políticos, empresarios, funcionarios y ministros, entre otros, se acercaron a Nicolás y este me presentaba frente a esos señores —que seguro le doblan y hasta triplican la edad —de una manera calmada y sencilla. Y la verdad eso para mí era más que perfecto puesto que no pensaba encontrarme con esas personas más.

Pero me imagino que lo hacía solo a ellos porque luego se acercaron dos chicos más, estos jóvenes igual que Nicolás con los cuales tuvo un saludo más efusivo y amistoso, me hizo darme cuenta que eran sus amigos.

La velada a transcurrido de manera tranquila, hasta ahora todo me ha gustado y las personas han sido amables.

La ceremonia empezó de una forma espontánea y tranquila. Al principio no sabía de qué trataba este evento, pero luego supe que es una especie de recaudación de fondos dónde al mismo tiempo se premia al que más ha ayudado en el año.

Mi Deseo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora