Lo primero que hago al ver a la persona que tengo enfrente es mirar a todos lados para ver si hay una cámara escondida. Lo segundo es que empiezo a pestañear y a pellizcarme para despertar del sueño en el que me encuentro o tal vez sea una pesadilla, aun no me decido.
Ni siquiera he respondido ese *Hola, Anna* que me dijo, solo lo miro, pero no a él en sí, más bien más allá. No puede ser él, claro que no, que estaría haciendo allí y más aún porque estaría de pie frente a mí.
Dicen que cada quien tiene a su gemelo, sí, quizás sea eso, su gemelo, me aferro a eso.
Puedo notar que está buscando mi mirada y me habla, pero no escucho, tan impresionante fue verlo por aquí, que no puedo articular nada, solo reacciono cuando escucho el carrusel parar. Me doy la vuelta para recibir a mi niña, después de que la ayudan a bajar y está sale corriendo y se detiene con una enorme sonrisa y dice:
— ¡Ogro! —Eso me confirma que si es él.
— ¡Colitas! —dice mirando a Maya y alza la mano para que ella choque los cinco y para mí no tanta sorpresa lo hace. —Al menos una si sabe saludar —dice mirándome a mi está vez.
Ahí es que despierto totalmente y no me queda más remedio que aceptar que es mi jefe, Nicolás Lombardo el que está frente a mí.
—Señor... Hola... Lo siento, es solo que... —aclaro mi garganta mirando a todos lados y digo — ¿Qué hace aquí?
—Pensé que era un lugar público.
—Sí, claro que lo es solo que...
No encuentro palabras, tendrá hijos y yo todavía no lo sé, bueno solo espero que si los tiene sea padre soltero.
*¿Por qué mierdas pienso eso*
Miro sus manos y al parecer de se cuenta, porque alza las dos y me las pone en frente, con una sonrisa sutil.
—Las dudas que tienes, Anna, quizás mi hermano Nathan y tú amiga las puedan aclarar —dice haciéndose a un lado.
Veo a Cleo y aún chico, uno que reconozco perfectamente ya que lo vi, por supuesto que lo vi en la empresa y dijo ser el hermano de Nicolás. No puede ser, este mundo no puede ser más pequeño, el mismo hermano de mi jefe es el chico con foto de Batman en un sitio de citas.
Pero olvidándome de ese asunto, lo otro era que Cleo se atrevió a citar a esos hombres aquí cuando le dije que no. Por otro lado si su cita es el hermano de mi jefe, mi cita es mi jefe.
¿Debería estar feliz? no lo sé, porque por alguna razón mis intestinos juegan y se hacen nudos cuando lo tengo frente a mí.
Vuelvo y miro hacia dónde está mi amiga y veo que me sonríe, mientras él chico alza su mano y me saluda, yo miro a Nicolás.
—Creo que ya sé que pasó —dije y el asintió, cómo en señal de que también lo sabía.
—Al parecer ellos dos planearon esto sin ni siquiera conocerse bien entre ellos —Dijo negando con la cabeza y luego agrego: —tampoco sé cómo logro convencerme de esto.
Si y es que yo también trato de digerir cómo es que él se prestó para esto, la verdad es que no lo veo un hombre de esos, pero ahí estaba frente a mi y puedo entender que quizás ellos no sabían que nos conocimos, tampoco puedo pensar que ese Nathan sabía quién era yo, porque solo me vio una vez en la empresa.
Se hizo un silencio en el que yo traba de aclarar en mi mente está situación, porque me parece tanta casualidad, mientras que Nicolás se queda callado no sé por qué.
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Mi Deseo. ©
Teen FictionCOMPLETA. ✔️ Que sucede cuando el que creías el amor de tu vida, te abandona con una niña en brazos y aún más peor que deje todas sus explicaciones en una siemple carta. Eso es algo de lo que Anna Roberts te puede hablar muy bien. Después de queda...