Buscar empleo se me estaba complicando mucho llevaba dos días y no encontraba nada.
Iba a distintas entrevistas en un día, estaba preocupada aunque sabía que tenía aún dinero de la liquidación y puedo contar con mi madre, tenía que encontrar empleo lo antes posible.
Me encontraba caminando después de salir de una entrevista, a la casa de mi madre, ahí estaban ella y Maya. Mi madre siempre pasaba por ella a la escuela.
Caminaba lento, la verdad no quería llegar y decir otra vez que no encontré empleo, me enojaba mucho eso, sabía que mi madre me iba a bombardear con sus preguntas como lo estaba haciendo en los últimos dos días.
°°°°
-¡Mami! -escuche la voz de Maya tan pronto cerré la puerta a mis espaldas. Venía corriendo hacia mí, la abrace con todo el amor del mundo y en ese abrazo me olvidé de todo.
- ¿Cómo esta mi princesa? ¿Bien? -ella solo asintió, sentí unos pasos llegar hasta la sala, levanté mi mirada y ahí estaba Elena Roberts mi madre, tenía un delantal puesto y un paño en su mano.
-¿Tampoco hoy? -Pregunto con su cara de *ya se la respuesta* aun así negué y salió sacudiendo su paño para la cocina.
Elana Roberts mi amada madre, es una mujer de 54 años de edad, su cabello es corto hasta las orejas de color negro y gris a la vez, sus ojos son de color verde oscuro que con el tiempo se van poniendo más claros, yo saque los ojos café de mi padre.
-Yo y abuela estamos haciendo gelatina de fresa, mami.
-abuela y yo -dije tocando su nariz, ella solo asintió sin importancia a lo que le corregí -Las estrellitas van de último mi amor.
En realidad la frase era de otra manera, pero jamás le diría burrita a mi hija.
-Entonces soy una estrella, mami -dijo mi chiquita tocando mi cabello, siempre hacia eso.
-Eres el universo completo -dije levantándola de golpe haciendo que esta grite de la emoción -Y sobre la gelatina, suena maravilloso, así que vamos.
Cuando entro a la cocina es un caos, cómo imagine, mamá y Maya siempre hacen cosas en la cocina y la vuelven un desastre por completo, cualquiera pensaría que no, pero es así.
Maya va al lado de mi madre y yo me siento en una de las sillas del desayunador, solo a mirarlas y pensar.
Voy a terminar loca en esta semana, no encuentro empleo y Rayos que lo necesito, no importa que tenga a mi madre apoyándome, necesitaba el empleo mucho y está vez uno que me brinde un sueldo mejor que el anterior, aunque no me quejo, gracias a ese empleo salí de muchas, pero el sueldo era para una persona sin compromiso, no para una que tiene que alimentar a otra.
Cuando las cocineras terminaron, Maya fue a la sala a dibujar y ver televisión, le encanta hacerlo y mi madre solo se quedaba de pie mirándome.
Era una mirada que podía decir mucho, pero no decía nada.
-Ya mamá dime lo que me tengas que decir.
-No quiero decir nada An, solo te observo.
-Pues deja de hacerlo, siento que me reprochas.
-¿Cómo podría yo reprocharte? -Dijo muy tranquila, esto estaba mal -no es tu culpa que no lo encuentres, solo no te desespere.
Se giró y empezó a limpiar el desastre que hizo haciendo una simple gelatina.
-Cómo no me desespero, dime mamá, lo necesito urgente.
-Cuentas conmigo y además no lo necesitas con urgencia porque te llegó esto -dijo buscando entre los bolsillos de su ancho pantalón, saco de ellos un sobre y lo puso encima del desayunador.
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Mi Deseo. ©
Teen FictionCOMPLETA. ✔️ Que sucede cuando el que creías el amor de tu vida, te abandona con una niña en brazos y aún más peor que deje todas sus explicaciones en una siemple carta. Eso es algo de lo que Anna Roberts te puede hablar muy bien. Después de queda...