Capítulo 46 parte 2.

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Maratón 2/2

☆♡☆

Nicolás Lombardo.

Entro a la cocina en busca de unas bebidas para Anna y para mí, hemos estado todo este rato en la casa pasándola bien entre todos, no he cruzado palabras con Alissa y ella se ha mantenido al margen por suerte aunque no nos despega la mirada de encima a Anna y a mi. No sé porqué nos mira tanto pero no sé porque presiento que no es por nada bueno.

Alejos esos pensamientos y me dispongo a buscar las bebidas.

—Nicolás —Escucho la voz de Alissa detrás de mi.

Cierros mis ojos y respiro profundo, mi suelte tuvo que irse tan rápido. Claro que tenía que hablar mucho yo.

—¿Qué quieres? —pregunto sin voltear a verla.

Se queda callada por un momento, así que me giro para ver si se fue aunque no escuché sus pasos.

—Para con esto —dice una vez mi mirada choca con la de ella.

Elevo mi ceja y la miró burlón.

—¿Parar con que? Quieres ser clara Alissa. —le pregunto y cuando esta por hablar la interrumpo —¿O sabes que? Mejor no me digas, casi se me olvida que eres igual a una boa solo sueltas veneno por la boca.

Su cara se pone roja de la ira, me recargo en la meseta cuando veo como avanza con mirada amenazante hacia mi.

—Escúchame bien idiota —dice recta señalándome con su índice —tienes que decirle la verdad a Anna, o no te das cuenta que hay una niña de por medio imbécil.

Que demonios.

—¿De que verdad hablas? —le pregunto alejándola de mi —¿Qué demonios te pasa a ti, Alissa? Deberías dejarte de tonterías o empezaré a creer que de verdad estás loca.

—No, no lo estoy, escúchame Nicolás detente o será peor —la miro perplejo como si de verdad se volvió loca. —mira me he dado cuenta que es una buena mujer, y su hija es... hermosa y dulce... solo detén esto.

—Alissa por Dios santo... no tengo ni la más mínima idea de que mierda hablas y si hay alguien que tiene que parar eres tú, deja esa paranoia que tienes ¡y deja de joder a los demás!

Se queda un momento en silencio hasta que abre la boca otra vez.

—Bien —sonrío cuando veo que respira profundo como si estuviera derrotada —Entonces debería decirle yo que en realidad has estado jugando con ella todo este tiempo.

Mi sonrisa se borra al momento que mi cerebro capta lo que trata de decir. No, ella no puede saber, eso solo lo sabíamos Nathan, Diego y yo, ella no puede tener idea de eso.

—Cállate, no tienes idea de nada...

—Oh por supuesto que la tengo —me interrumpe —Y lo sabes por eso tu cara de burla acaba de caerse.

No no no, ella no sabe nada Nicolás no deje que te engañe, solo quiere hacer ese tonto juego de psicología, quiere hacer que piense que sabe todo de ti hasta que no le quede de otra que contar todo. No, yo no soy Elvis, yo no caeré en su juego.

Mi Deseo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora