Capítulo 18.

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—Cambia de número

Dice Cleo, nos encontramos en la cocina de mi casa, mientras yo preparaba la cena, Cleo algunas veces venía a cenar aquí y aproveché para comentarle sobre la llamada de esta tarde.

La verdad es que cuando se trata de esas cosas, aunque trato de no darle importancia, lo hago y siempre lo comento con Cleo, porque ella más que nadie sabe cómo fue todo.

Todas las llamadas y amenazas me recuerdan a una yo de 19 años entrando por la verja de una casa y tocando su puerta.

Flashback.

Lo siento, los señores no se encuentran en casa -me dijo la señora del servicio.

Aun así decidí esperar y eso no hizo que me permitieran pasar adentro, espere en las escaleras de la entrada, espere la tarde entera, tenía un vestido floreado y unas sandalias. Me quedé sentada y nadie llegaba, cada vez estaba oscureciendo más y nadie llegaba.

Toque la puerta y otra vez la señora del servicio me abrió.

—Disculpe me podría decir, si ya están por llegar —le señora me miró con una lástima que no entendí —es muy urgente.

Lo siento querida, tal vez no lleguen ahora, es mejor que te vayas.

Pero no lo hice, espere más y más. La desesperación es una vil compañera en la vida, porque ella te hace caer bajo, la desesperación te hace perderte a ti misma y eso era lo que sucedía.

Porque de pronto empezó a llover, sabía que no me dejarían pasar, así que di la vuelta por detrás para entrar a la mala por la cocina, camine aun con la fuerte lluvia cayendo, hasta que oí su voz por una de las ventanas cerradas.

— ¿Aún no se ha ido? —Pregunta.

—No señor... Sigue ahí a pesar de la lluvia. —respondió la mujer de servicio.

— ¿Pero quién se cree? —Ahora era la voz de Amanda.

—Maldición...—lo escuché y también escuché como le dio a la mesa —tengo que salir y ahora tengo que esperar a que se vaya del frente de mi casa, para hacerlo.

—Ve Gloria, dile que se vaya y si no lo hace esta vez, me avisas —sentía pura rabia al escuchar a esa mujer hablar así.

—Maldita sea la hora, en qué nació esa niña —hablo otra vez, el que creí el amor de mi vida, hablo y lo que salió de su boca me rompió el corazón. —No se cansa de buscar lo que no encontrará.

Anna es una si...

Y no aguante, no iba a escuchar más, no podía hacerlo, así que me fui, me fui diciendo que no volvería, pero eso fue una vil mentira que yo misma me dije a mí.

Fin de flashback

—Anna ¿Me estás escuchando? —pregunta Cleo.

—No, lo siento, es que no sé porque me afecta tanto.

Es cierto, no entendía porque después de 5 años me alteraba demasiado.

—Tienes que cerrar ese ciclo amiga —me dijo. —No te agobies, que lo hagan ellos.

Trate de respirar hondo, lo hice, necesitaba tranquilidad y más porque las cosas marchaban bien.

—Lo haré trataré de hacerlo y cambiaré de número telefónico para empezar.

Ella se levantó de dónde estaba sentada y me abrazo. Era mi mejor amiga, estuvo ahí en muchas cosas malas, ella fue testigo de muchas cosas y fue mi cadena en cierto momento, cuando en algunas ocasiones la angustia me quería obligar a correr y rogarle a Owen que volviera a nosotras, ella no lo permitió.

Mi Deseo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora