Mi Deseo. ©

Capítulo 36

⚠️Advertencia⚠️
El siguiente cap tiene escenas ♦️+18♦️si no te gustan leer estas escenas, puedes pasarlas, suceden por el medio, que empiece la lectura.

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●○Nicolas Lombardo.○●

Bajo las escaleras con Anna de mi mano y lo hago tan rápido que llegamos al auto en un minuto y las razones de mi rapidez son:

Número uno: estoy loco por estar con ella a solas, ya no aguanto más tenerla tan cerca y no poder cumplir mis deseos, aguantar tanto esto que llevo dentro debería considerarse un delito, ademas de quiero estar sin tanta gente y...

Número dos: no quiero que mis padres la sigan ahogando, por eso nos vamos del evento en parte sin despedirnos de ellos.

Con mi madre tuvo una conexión fantástica lo cual me alegra y mi padre también parecía encantado.

Pero ya me toca a mi consentirla y estar con ella el resto de la noche, quiero hacerle tantas cosas que ni ella se puede imaginar, he tenido que aguantarme porque considero que lo mejor es ir de a poco, pero los dos somos adultos y sé que ella tambien desea esto.

Al momento de sentarnos en los asientos del auto tomo el rostro de Anna y beso sus labios, descargando al fin mi gran deseo de hacerlo y dejando ver que los besos que ya nos habíamos dado no habían sido suficientes.

La quiero conmigo aquí y ahora.

Sé que ella siente lo mismo que yo y si en caso tengo alguna duda sus besos tan apasionantes me la quitan.

El auto aun no se ha movido, supongo que Alberto, mi chófer; esta esperando que le de las indicaciones, la ventanita que nos separa esta cerrada y con suerte porque sino Anna no me basaría así como lo esta haciendo, lo cual hace que por todo mi cuerpo sienta una electricidad que jamas había sentido. Es increible pero ninguna mujer con la que he estado ha provocado lo que Anna provoca en mi.

—Quedate conmigo esta noche —digo dejando sus labios y pegando mi frente con la de ella.

Ella permanece callada y con los ojos cerrados, como pensando que responder y no dejo que lo haga, le doy un casto beso y continuo con mi propuesta.

—Dejame consentirte esta noche, llenarte de caricias, comerte entera —le digo suave, mientras acaricio sus brazos, sintiendo así como su piel se eriza —luego mañana te dare el desayuno más delicioso que hayas comido, que no vas a querer irte.

Noto como aun con los ojos cerrados sonríe luego los abre y se separa de mi.

—Que oferta tan tentadora —dice y suve su mano hasta mi mejilla, me he empezado a dar cuanta que eso lo hace muy a menudo, como una pequeña manía que ha adquirido —quien podria negarse a que su jefe le haga un rico desayuno.

—Esta noche mandas tu.

—Mejor aún, solo dejame llamar a casa. —dice y me acaricia de nuevo la mejilla, a este paso también sere adicto a eso.

Asiento porque entiendo que seguro quiere saber de colitas y avisarle a su madre que no llegara esta noche.

Durante un momento habla por teléfono con la que supongo es su madre. Luego de un rato se despide y me mira con una sonrisa tan brillante que la hace ver tan bella que no parece ni siquiera de este mundo.

Le digo a alberto hacia donde tiene que ir.

Después de eso no lo pensé más la tome de la cintura hasta subirla en mi regazo y ahí la beso con pasión, con necesidad, la beso como si no hubiera un mañana, se me hace tan adictiva que puedo llegar a pensar que es peor que culquier droga. Presiono su cuerpo más al mío.