Capítulo 37.

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○●Nicolás Lombardo.●○

Calidez, relajación y paz es todo lo que siento a mi alrededor. Por las cortinas de mi habitación entra una ligera caridad que a pesar que me da en la cara, no se me hace molesta y no me obliga a abrir los ojos.

A mi otro lado, y sin que la claridad le llegue al rostro a pesar de que esta sobre mi pecho, puedo sentirla, su respiración calmada y su cálido cuerpo desnudo muy pegado al mío, puedo sentir su cremosa piel bajo una de mis manos, la acaricio lentamente pues no quiero despertarla.

Todo tranquilo y calmado hasta que un sonido estruendoso me ha abrir los ojos de forma rápida. Me muevo lentamente lejos de Anna, me pongo un bóxer y empiezo a buscar el sonido del celular no quiero que Anna se despierte aún.

Creo que es el celular de ella porque el mío esta lejos de tener ese sonido tan potente. Pero cuando me acerco a donde están ambos puedo comprobar que es el mío.

Tomo ambos teléfonos y me pregunto de donde demonios salió ese sonido.

Miro quien me llama y noto que es mi padre, tomo la llamada solo para callar el sonido y con el teléfono de Anna aun en mis manos salgo de la habitación.

—¿Qué pasa papá? —le pregunto mientras sigo caminando hacia mi despacho.

Nicolás eres increíble, es serio que esperaba todo, menos eso de ti. —Empieza y la verdad es que su cantaleta a plena siete de la mañana no hace más que provocarme dolor de cabeza.

—¿Ahora que? —le pregunto pasandome la mano por la cara.

Y lo preguntas... como es posible que te hayas ido sin despedirte.

No puedo creer que por eso me llame.

—Papá...

Nicolás, pero si acababas de presentarme a tu novia.

—Pensé que mamá haría más drama que tu... no seas dramático.

No me faltes al respeto, giovane. solo considero que debiste despedirte de nosotros y no irte como un loco.

(Giovane = Muchacho)

Giovane... odiaba que mi padre me llamara así porque cada vez que lo hacia era con la mentalidad de que aún soy un niño para él, también me llamaba así cuando no le parece correcto algo que yo hacía.

En serio que eso no fue para tanto. Me quedo callado un momento, esperando que le baje un poco a su histeria y cuando lo hace de su boca sale lo último que hubiera querido hacer.

Quiero que vengas a casa hoy y hablemos.

—Papá no es para tanto en serio.

Claro que es para tanto, es la primera novia que me presentas, por Dios, figlio, llegue a pensar que eras gay.

(Figlio = hijo)

—¡papá!

Es la verdad, giovane.

—¡deja de decirme así!

¡Es lo que eres! Tus acciones lo demuestran. Además si te soy sincero me alegra al fin conocer a una novia y saber que no eres un promiscuo alocado.

Ay papá si supieras.

—Esta bien papá, ire esta tarde —le dije para salir de él.

Eso espero ¡sino vienes ire yo!... y figlio... tú madre también esta enojada —dice y eso solo hace que me duela más la cabeza. arrivederci figlio.

Mi Deseo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora