Mi Deseo. ©

Capítulo 42.

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Si no rompes las cadenas que te atan  a tu pasado, seras siempre esclavo de el.

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El pasado, el pasado es justo lo que esta enfrente mi, mirandome con esos ojos tan parecidos a los de mi hija, diria que es como ver su mirada, pero no es así porque aunque son muy parecidas con el mismo color y hasta forma, los de Maya son inocentes, estos aunque no reflejan una maldad al 100% si te dejan ver que hay un poco en ellos.

Mi pasado Owen, el esta frente a mi y yo, yo no tengo ni idea de como reaccionar.

—Hola Anna.

¿Que quiere, que hace aquí? Esas son mis dudas solo esas y no temo decirlo.

—¿Que haces aquí? —le digo tratando de no demostrar ningun tipo de expresión  puesto que aun ni se como tomarme el tenerlo frente a mi.

No sé si sentir dolor, rabia, ira, realmente si me lo preguntan no quiero sentir nada.

—Pensé que era un lugar público. —Contesta como si nada.

Después de años tengo a Owen frente a mi, y aunque sigue siendo joven, ahora se ve más maduro.

Pero yo no tengo idea de como sentirme, tenerlo frente a mi me hace pensar que debo estar sintiendo de dolor, pero es que no siento nada. Aun así no sé como comportarme así que opto por irme.

Cuando ve que tomo mi carrito de compras dispuesta a irme, dandole la ignorada del siglo, me detiene agarrando mi codo cuando paso por su lado.

—Espera Anna, no te puedes ir así,  vine hablar contigo.

Miro de él a donde esta su agarre y obviamente con fuerza me suelto.

—¡No vuelvas a tocarme! —Le dije furiosa y él alzó sus manos una forma de decir que esta en paz —Además yo no tengo nada que hablar contigo.

Termino de pasar, pero cuendo pienso que me dejara en paz, hablar haciendo que me detenga.

—Tenemos una razón de unos....  ¿cuántos? ¿cuatro años?

Pero que descarado, cinco joder tiene cinco años, no me sorprende que ni se acuerde si nunca la quiso. me volteo para darle la cara y me acerco dejando el carrito de lado.

—Esa ha dejado de ser una razón desde hace mucho tiempo, no vengas de descarado.

El cierra los ojos respirando profundo antes de abrirlo otra vez.

—No vengo a discutir contigo Anna, solo quiero hablar ¿por favor solo dame 5 minutos?

¡Ja! Ni un segundo le doy a este miserable.

—No.

Me doy la vuelta, pero el me sujeta otra vez y esta vez por más que me quiero soltar no me deja.

—¡Por favor Anna! Solo deja el orgullo de lado por un momento y escucha lo que tengo que decirte.

—¡No me grites! Y no tengo porque escucharte.

—Te iras más rápido, juro que no me veras más después de hoy, solo cinco.

Me quedo callada por un momento, que mierda tenemos ¿que hablar nosotros?

Así  es nada, pero si no es nada no sé  porque siento que deberia escuchar que quiere decirme.

Como me salte que quiere ver a Maya lo golpeo y me voy.