Capítulo 35

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—Es un gusto conocerlos —les digo a ambos que me miran con una gran sonrisa.

—Oh, querida te aseguro que el gusto es más nuestro. —dice la madre de Nicolás. —Soy Marina y este es mi esposo Alessandro.

Nicolás en sin duda alguna la copia exacta de su madre sólo que en masculino, viéndolo a los dos no sé  cómo en el baño no me había dado cuenta, pero su padre sí que es distinto puesto que este es rubio y con unos ojos tan azules como el zafiro, me recuerda tanto a su hermana, pero Nicolás y él son de la misma estatura.

Además de que a simple vista derrochan pura elegancia y poder. Y obviamente la madre de Nicolás no se queda atrás.

El señor toma mi mano de forma delicada y deposita un suave beso en ella.

—Es un gusto, jamás pensé que venir a uno de estos eventos sería tan beneficioso.

Oh, no esperaba eso.

—¡Cierto Nicolás! —escucho que dice la madre, camina hacia él  y lo sujeta del brazo, se ve tan pequeña al lado de Nicolás —Oh, querido hasta que al fin nos presentas a una chica.

De ella sale tanto amor y cariño hacia su hijo que es tan adorable de ver.

—Sí, pero no te emociones querida —dice el señor mientras mira a Nicolás y siento como este se tensa a mi lado. —estoy seguro de que no la hubiera presentado si no se sintiera en la obligación, por suerte vinimos, sino querida jamás te hubiéramos conocido.

¿Que? Por favor, pero que acabo de escuchar. Yo me quedo estática al lado de él y la realidad es que no sé ni que cara poner ante ese comentario, tan fuera de lugar, o sea es que tampoco lo hubiera pensado, puesto que mi jefe y yo ni siquiera hemos hablado de que pasa entre nosotros.

—Alessandro, por Dios... —empieza a decir la madre de Nicolás molesta, pero este la interrumpe.

—déjalo mamá —dice y entonces  siento como sujeta mi cintura y mirándolo directamente continúa. — si así piensas papá, pues me alegro de que te sientas satisfecho de a ver venido, también  me alegra, así  me ahorro tus llamadas toda la semana. Ahora sí nos disculpan vamos hacia nuestra mesa. 

— Eres un malcriado Nicolás y para que lo sepas también estamos en esa mesa. —Dice el señor y los dos nos siguen.

Pero santo cielos, de repente siento todo tan tenso, que me cuesta respirar, que carajos pasa entre el padre de Nicolás y él.

Nos sentamos en la misma mesa donde estábamos, gracias al cielo las señoras que estaban sentadas ya no se encuentran ahí, no sé hacia donde se fueron y ni me interesa, así que respiro con alivio y al parecer la madre de Nicolás lo nota porque me da una sonrisa cálida de complicidad.

¿Acaso tuvo algo que ver en que ya no estén?

Después de estar sentados el evento comienza realmente, en donde un presentador sube a la tarima y saludando a todos habla.

—Buenas noches, damas y caballeros, es un honor estar este año de nuevo con ustedes...— y por ahí siguió.

Después de un rato unos bailarines hicieron un espectáculo genial para animar a las personas y luego de eso se anunciaron a los ganadores en donde ganó por segundo año consecutivo una persona anónima.

Todos aplaudieron y hasta yo, porque  Nicolás dijo que todos quieren demostrar cual es el mejor y cual tiene más dinero, pero esa persona no, ella realmente quiere ayudar y no que lo reconozcan o alaben por ser tan generoso y eso es digno de admirar, puesto que no cualquiera da sin querer recibir nada a cambio.

Mi Deseo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora