Oh, el recuerdo de Karma en un inicio era prácticamente imposible; pequeños flashbacks del cómo en un inicio eran juegos y escondites sobre enemigos que ahora cualquier residente del pueblo podía aniquilar de un golpe rodeaban a Lolito mientras se sentaba en su silla de alcalde, dando vueltas en ella; ahí, se dejaba llevar por la melancolía de los viejos tiempos donde no tenía idea de que iba a tener tanto poder en un mundo tan alejado a la realidad."Si vieran de donde vengo cualquiera de los integrantes de Karma, no lo creerían"
Era difícil pensar en razones por las cuáles a Lolito le gustara la idea de ese caos en su vida sin ningún contexto, ni porqué estaba tan arraigado en ese momento a mantener ese estatus por el mayor tiempo posible, pero al final, también nadie podría si quiera entender el cómo llegaría alguien como el a tener en sus manos la oportunidad, solo los dioses.
La daga en un principio era buena idea para poder crear caos, y aunque eligieron a Lolito por sus ganas de jugar y divertirse más allá de convivir en un pueblo por el resto de sus días, la decisión de dársela no fue solo por ello. El alcalde era una anomalía que les intrigaba por decir poco a los dioses detrás de esa realidad, ya que Lolito nunca debió tener la opción de entrar a Karma. Al final el no era uno de los muchos que había conseguido el nuevo juego en su momento al haberlo pagado y calibrado sus características para que los desarrolladores lo eligieran en su pequeño experimento.
Lolito le había robado el juego a alguien más.
El nombre del chico al cuál su juego había sido robado es para este punto poco importante, pero al final, los dioses habían elegido a alguien más, y al ver a Lolito en vez de a la persona que pensaban utilizaría en ese momento el juego había sido una gran sorpresa, aunque si Lolito lo pensaba mucho podría decirse que fue la salida que estaba esperando.
El chico con cabellera larga era de los pocos que no deseaba por un solo segundo querer regresar a su realidad, y en el primer momento que los arrastraron ahí solo pudo sentir una ola de alivio. Lolito no tenía la misma situación que todos, y no tenia mucho más a donde volver. En el mundo real su realidad se hallaba en la pobreza y corrupción extrema, donde si no robaba por necesidad podía ser que no podía comer o alimentar a su familiar abusivo con quien compartía hogar.
Lolito estaba en esa silla siendo aclamado como alcalde por una realidad virtual cuando un gran tiempo antes solo podía ver los anuncios del gran juego del momento tras la ventana de una tienda de televisiones, sabiendo desde ese primer instante que pensaba tenerlo y salir de esa vida costara lo que costara.
Así que ahora, al haberlo conseguido y hecho cuanto deseara con su ex pareja, sus amigos, los integrantes de Karma y el juego en sí, su mente pasaba hacía la siguiente fase con su nuevo puesto; mantener su poder.
Llamó a Fargan, Willy, Auron y Alex para comenzar a crear sus planes de defensa contra el único peligro que podía pensar como una verdadera amenaza; los tres chicos que habían sido desterrados de Karma.
Los cuatro restantes no tardaron en llegar, preparados para el plan de su líder, habían estado un poco dispersos desde el juicio y la desaparición de Luzu, Vegetta y Rubius. Era imposible pensar que no estaban por ahí, listos para atacar con algún nuevo plan y ninguno quería estar otra vez en la situación de abrir fuego a la niebla.
Auron fue el primero en entrar, por lo cual la mirada de Lolito se volvió un poco pícara y sonrió a medias observando a su mayor cómplice entrar a recibir nuevas órdenes.
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KARMA
FanfictionSamuel ha decidido comprar un nuevo y misterioso juego: Karma, descargando en su computadora este prototipo sin conocer mucho con lo que se encontrará. Lo que no sabría es que quedaría atrapado en el mundo digital junto con Willy y otras siete perso...