53. Esperanza en el secreto

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Como los días pasaban en el bosque encantado, Vegetta más extrañaba su vida pasada; su casa, su comodidad, la seguridad de su pareja. Podría decirse que extrañaba la normalidad de despertar y conocer cada centímetro de su casa, de su entorno y de Karma. El control que tenía en ese momento de paz ahora era para el como un sueño, tal vez uno inalcanzable. No sabía para ese punto si si quiera querría o podría tener esa paz y esa vida de nuevo, pero en el frío de la cueva donde habitaba con Luzu y Rubius, recordaba con calidez el pasado.

Le costaba aceptar que, por más que hubieran cambiado las cosas con Rubius, el sentir su presencia lo calmaba. Incluso cuando no eran amigos y el castaño solo lo molestaba y causaba líos, era cierto que al menos le era extremadamente familiar, pues su persona era la misma. Luzu por otro lado, estaba roto, confundido y muy inseguro de todo, incluyendo a los otros dos chicos. Era totalmente diferente a cómo había sido en un principio.

Los intentos por encontrar la forma de entrar o atacar Karma habían sido nulos con las defensas de Lolito; Cada hechizo se desvanecía con las paredes altas que el alcalde había mandado a poner, cada movimiento era leído por Fargan, quien volaba por la zona y avisaba a todos. Cada aldeano estaba listo para emitir una alarma si captaba a alguno de los chicos. No había forma de que entraran sin que terminaran en manos de Lolito y con la daga por la espalda.

"Se nos acaba la esperanza"

Ese era el pensamiento no solo de Vegetta, si no de Rubius; Luzu estaba comprometido a destruir todas las defensas, pero en hacerlo, se metía en un punto de magia oscura que nadie podía sacarlo, drenándose a si mismo en el proceso. Ninguno de los otros quería ese hoyo, y por si fuera poco, todos los caminos parecían tener la misma caída libre hacía el fracaso. Mientras más días pasaban Luzu perdía más la paciencia y se quedaba hipnotizado con entrenar y aprender día y noche, pero para Vegetta cada segundo era un poco mas de desánimo y desesperanza.

En la zona donde entrenaban, los dos chicos intentaban una vez más planear alguna idea nueva con la que Lolito no los atormentara y arruinara en pocos segundos.

—Debemos entrar por esta zona, tal vez en ella no tenga alarmas-Vegetta señaló en un mapa hecho por si mismo-Fargan pasa por el otro lado al atardecer.

—Ya hemos intentado eso, recuerda que casi me da una flecha de Alex; no es opción-contestó Rubius.

—Tienes razón...-suspiró Vegetta agarrándose el pelo, exhausto-Eso significa que realmente hemos intentado flanquear por todo el exterior de Karma y fallado rotundamente.

—Encontraremos la forma, tiene que haber una-dijo el teñido intentando calmar el estrés del otro-Lolito no puede estar en todas partes.

—Joder macho, es que parece que es imposible de alcanzar.

—Lo sé, el cabrón no nos deja mover un pie sin que nos estampemos en una trampa-bufó Rubius.

Vegetta asintió, dándole la razón; aun queriendo alejarse del chico había tenido que aceptar que Rubius era su único aliado en esa situación, y en casi todas las ocasiones, el único alivio a todo el problema imposible que cargaban.

—Voy a descansar algo, ya es tarde-dijo sin más rindiéndose por ese día-Le tendremos que dar más vueltas al asunto mañana.

Rubius asintió y dejó que se marchara para observar un rato su alrededor, buscando de alguna manera de forma desesperada una idea para poder entrar a Karma y quitarle el poder y la daga a Lolito.

KARMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora