KARMA

47. Fugitivos

Fargan y Willy estaban en la parte de atrás haciendo nuevamente su lugar privado el propio cuarto; el albino había hecho un estupendo trabajo y no tenía culpa alguna, pues gracias a la daga no recordaba ningún sentimiento por Vegetta. Ahora solo tenía ojos para su hermano oscuro.

—¿No lo hice bien?-susurró en la boca de su amigo.

—Un Oscar te mereces-afirmó Fargan robándole un beso.

Fargan no podía evitar sentirse encantado con tener al chico nuevamente junto a el; no tenía mucha culpa cuando literalmente estaba rodeado por caricias de Willy. Simplemente sentía que ahora todos iban a ser felices, Vegetta con su novio secreto, y el con su compañero fiel. ¿Qué importaba cómo hubiera sucedido?

Estaban  jugueteando entre ellos, pero varios gritos y sonidos les llamaron la atención a la sala principal, viéndose alertados y dejando atrás sus planes para salir corriendo hacía el juicio, queriendo saber qué había sucedido. Al llegar todo estaba borroso y no había posibilidad de ver, pues una niebla de humo reinaba en el cuarto.

Los que estaban en la habitación tosían y se preguntaban qué es lo que había pasado, sin ver más allá de su nariz. Alex estaba completamente paralizado, parado en medio del lugar sin poder creer lo que acababa de hacer, esperando que nadie más lo hubiera visto. El azabache pequeño era el único que sabía lo que había ocurrido en esa habitación, pues había sido su culpa. Había hecho algo terrible.

"¿En qué coño estaba pensando?"

Recordaba fugaces momentos de lo poco que acababa de suceder; el sonido de la flecha de Auron soltarse, el grito de su amigo, la vibración del aire. Alex tenía su brazo tembloroso, queriendo soltar la flecha también, apuntando directamente a la cabeza de Luzu, pero en el último segundo, no pudo.

"Mierda"

Alex apuntó rápidamente a Auron y soltó la flecha.

Sus amigos estaban en peligro, y ya no toleraba quedarse al margen en esa ocasión; no quería que les hicieran daño, mucho menos ser él quien los hiriera.

Su mano fue hasta su cinturón, tirando una botella al suelo y llenando la habitación de humo, esperando haber sido suficientemente rápido para que nadie se diera cuenta de lo que acababa de hacer. Las manos le temblaban sintiéndose culpable y quedando completamente mudo.

Tres gritos de dolor sonaron en la habitación; uno de Lolito por la flecha de Luzu que fue directa a su cabeza, otro por Auron quien fue tomado por sorpresa por la traición de su propio policía.

El último grito era el de Vegetta. El azabache se había lanzado tal como una película encima de Luzu, llevándose en el ojo la flecha y cayendo al suelo. Los tres estaban abatidos y necesitaban ayuda.

—¡VEGETTA!-gritó Luzu con dolor.

Sin pensarlo aprovechó la distracción y el caos para arrastrar a su amigo, que no podía evitar quejarse; el dolor estaba en su máximo nervio y al no ver nada estaba lleno de pánico.

Fargan y Willy comenzaron a buscar gente, encontrando entre la niebla primero el cuerpo inconsciente de Lolito, con una flecha en la cabeza; el policía rápidamente sacó una bocina, alertando a todos los aldeanos sobre eso.

—¡No pueden escaparse!-gritó tomando el cuerpo de su amigo.

—Yo los curo, ve por ellos-afirmó Willy cómplice.