54. La verdad de la oscuridad

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Fargan se encontraba de alguna forma decepcionado, tenía la ilusión de tener también a Vegetta en sus manos, pero no había sido posible; aun así, sería falso fingir que no extrañaba a su tercer compañero y amigo, y era bueno verlo bien. ¿Qué pasaría a continuación? En esos momentos le hubiera gustado tener la daga, así probablemente podría llevarse a Rubius con el y no tendrían que pelear, pero ahora solo tocaba convencerlo con sus palabras.

—Ey, viejo amigo-comenzó esbozando una sonrisa oculta tras la máscara.

—¿Aún me consideras amigo, hermano mío?-bufó incrédulo Rubius-Casi me matas unas cuantas veces y ahora me pegaste un susto cabrón.

—Tu fuiste el que me ha comenzado a disparar desde antes del juicio... haciéndote amigo de Luzu y Vegetta sabiendo bien que nos atacaron-respondió tranquilo el otro caminando mínimamente-¿Por qué estás tan empeñado a vivir desterrado?

—Los dos sabemos que lo que está haciendo Lolito es caos-dijo Rubius molesto, recordando las palabras de Mangel-Debemos pararlo.

—¿Caos? No es algo que debería molestarte, considerando que somos una hermandad fundada con esos valores-suspiró Fargan, para luego notar algo-Por cierto, ahora que lo noto, hermano, ¿No vas a saludar a Willy?

Rubius había estado teniendo esa plática entera sin si quiera notar al albino, ni teniendo intenciones de hacerlo parte de la conversación.

—Por qué debería hablar con alguien que tiene la cabeza lavada-frunció el ceño el teñido-Los dos sabemos que le han freído el cerebro; si no, ya se encontraría buscando a Vegetta en todas partes.

Fargan le tapó suavemente los oídos a Willy, que se encontraba confundido con la conversación.

—Lo único que hice fue que olvidara a Vegetta, no que olvidara todo su ser-se defendió Fargan-No es un robot, es el.

Rubius se rió sarcásticamente, dando un paso para atrás; Fargan no solo había confesado haber sido el que marcó a Willy y lo utilizó, si no de alguna forma lo excusaba.

—Si de verdad te importara nuestro hermano, sabrías que lo que le hiciste olvidar es algo esencial-refutó-Fargan este caos no es sano ni para nosotros, y lo sabes. Sabes que no estás cien por ciento con el.

Fargan tomó una postura defensiva, queriendo cerrarle la boca al teñido; era verdad que no pensaba de eso más allá de un sueño, y no una realidad, pero que le dijeran que estaba haciéndole daño al chico que quería le molestaba.

—Mira, chaval, se lo que parece pero...-iba a explicarle a Rubius todo, queriendo convencerlo de unirse, cuando escuchó un sonido a lo lejos.

A kilómetros de distancia, a una velocidad impresionante, una mancha negra se movía a su dirección, con una energía demandante; Lobo Nocturno se encontraba corriendo de una forma animal hacía la entrada de Karma y la casa de Lolito, el alcalde. Quería destrozar cualquier barrera que lo mantuviera lejos de Karma y de su pasado; quería venganza pura.

Los tres chicos de la hermandad sabían que era esa velocidad, y Rubius no tardó en sentir como le hervía la sangre con solo pensar que otro mal se les acercaba; el monstruo por el cual había perdido a Vegetta de cierta forma, caminaba nuevamente a su lado, pero esta vez no pensaba dejarlo escapar.

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