18. Miel

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Luzu tenía las manos sudando, mientras se arreglaba la corbata; traía un traje y con el una canasta llena de comida para un picnic. Estaba empezando a ver a Auron todas las noches, pero quería proponer algo diferente; proponerle una cita. Se dió un poco de bochorno al verse en el espejo.

"Pareces un mayordomo Luzu"pensó.

Sus mejillas estaban rosadas, y no se dejaba de tocar el cabello; moría de miedo de que Auron no quisiera algo así, pero quería intentarlo. Alex había pedido que se vieran, pero Luzu le había tenido que decir que ese día no podía; aunque no quería cancelarle a su mejor amigo.

Se decidió por ir rápidamente y sin pensar mucho a la casa de Auron, simplemente intentarlo; nunca pensó que iban a empezar a tener algo, y ahí estaban, así que la esperanza no se iba.

Llegó a la casa de Auron, y sintiendo temblor en sus piernas por el miedo, comenzó a tocar. Después de un rato, escuchó unos pasos y Auron salió con una sudadera.

-¿Luzu?-dijo confundido.

-Yo...-murmuró nervioso.

-¿Qué es esto?-contestó Auron.

Luzu respiró lentamente y agarró todo su valor, lo vió a los ojos y se decidió.

-Quiero tener una cita contigo-exclamó directo.

Auron se quedó por un momento petrificado; eso no lo veía venir. Quería con todas sus fuerzas cerrarle en la cara la puerta, no quería nada más allá de algo físico, no se podían acercar más; pero vió su cara, sus ojos emocionados y nerviosos, su traje. No era normal la bondad y el cariño que ponía a las cosas. Ni si quiera él tenía el corazón de decirle que no a ese chico.

-Me podías haber avisado guapo-sonrió Auron-Yo ni cambiado estoy.

-Así estás súper bien honey-dijo tranquilo Luzu, suspirando de alivio.

-Bueno, ¿y a dónde vamos?-preguntó Auron.

Luzu le tomó la mano y comenzó a trotar sonriendo; estaba encantado de que le hubiera aceptado eso, así que deseaba como nunca ir a donde tenía planeado.

Auron estaba completamente nublado por la energía de Luzu; no era el plan salir juntos, no tenía en realidad el control que pensaba que tenía. Aun cuando Luzu era bueno, también era decidido. Eso le gustó a Auron, pero también le molestaba sentir algo así. Las noches pasadas habían sido completamente controladas por el, sintiendo que Luzu y el solo serían cosa de la noche, pero ahora, en pleno día, ya no podía ocultarse.

Llegaron a una zona llena de árboles con flores y un lago lleno de peces y nenúfares; Auron empezó a sentir lo mucho que había planeado eso Luzu. Su corazón, por mas que intentaba no sentir nada, comenzó a palpitar más fuerte.

Se sentaron y Luzu comenzó a preparar todo, puso un mantel, la comida, las cosas y mientras  lo hacía se sentía el ser más torpe del mundo, rezaba porque Auron no lo pensara.

La mirada y el cariño con el que Luzu lo veía no era normal, no era normal ese chico. ¿Por qué rayos le gustaba tanto? ¿Por qué rayos a Luzu le gustaba el? Tal vez tenía una perspectiva completamente diferente a lo que el era, tal vez lo veía con otros ojos.

-Luzu-sonrió-¿Puedo preguntarte algo?

-Claro-respondió dejando todo listo.

-¿Por qué te gusto?

Luzu se le quedó viendo mientras pensaba en lo que sentía; las mariposas en su estómago se hicieron presentes y empezó a pensar.

-Mira, acuéstate-le pidió.

Los dos se tumbaron en el suelo mientras veían el cielo y las nubes, Luzu le dió la mano suavemente. Auron comenzó a sentirse nervioso, ¿por qué se sentía tan descontrolado?

-Me gustas porque sé que tengo que aprender mucho de ti, porque creo que los dos somos muy buena combinación y simplemente porque eres tu, y todo lo que haces y lo que dices desde que te conozco me hace que me gustes más-suspiró Luzu.

Auron no esperaba esa respuesta; esperaba que le dijera algo más físico, o mas sobre la atracción entre ellos, pero no, Luzu había hablado del corazón y eso le asustaba. Después de una respuesta así, el no podía mas que bajar la guardia y ser honesto por primera vez con el.

-Tu también me gustas Luzu, mucho. No sé por qué siento lo que siento, pero veo cada detalle que haces y como sientes, confías...-balbuceó intentando decir lo que sentía-No sé, creo que yo tengo mucho más que aprender de ti.

Los dos se vieron unos segundos y el aire se volvió completamente cálido; Auron sintió que tal vez no era tan malo sentir lo que sentía, tal vez era bueno dejar de pensar tanto en quien iba a lastimar a quien. Por un momento, el caos que sentía que necesitaba desapareció y solo quiso que se quedaran así.

Sintieron algo mojado en su espalda y cuando se dieron cuenta, el mantel se había llenado de miel.

-Joder...-murmuró Auron levantándose.

Luzu se levantó y se rió al ver a Auron lleno de miel; Auron le sonrió y le echó miel en la cara; se empezaron a pelear y pronto los dos estaban llenos de miel.

-Que bello te ves Auroncito-sonrió Luzu viéndolo.

-Pero gracias...-dijo Auron acercándose.

Se acercaron y se comenzaron a besar, sintiendo la miel en los labios del otro; los dos sintieron una experiencia de dulzura y paz; aun cuando se habían dado muchos besos, ese fue el primero que solo daba cariño puro.

Los dos siguieron, queriendo que no se detuviera ese momento, esa miel y ese dulzor, cuando comenzaron a escuchar zumbidos a lo lejos, Auron volteó rápidamente.

-¡Luzu, corre!-lo agarró y salieron corriendo.

Detrás de ellos miles de abejas los perseguían, queriendo un poco de la miel que esparcían mientras corrían.

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