Vegetta miró como los ojos de Rubius se iluminaban en cuánto veía el desayuno y se alegró, le daba un poco de miedo que no le fuera a gustar. En cuánto le dijo que comiera, Rubius intentó comer lentamente, pero se notaba que estaba muriendo por solo zambullir todo de un bocado.
-Oye-dijo Vegetta llamando su atención-Perdona pero yo muero de hambre.
En ese momento Vegetta comenzó a comer lo más gracioso y rápido posible, por lo que a Rubius le brillaron más los ojos y su corazón sintió bonito; se rió un poco y empezó a comer como quería, como un loco.
Los dos se reían mientras hacían caras con la comida en la cara, Vegetta vió como la cara tierna de ese chico se llenaba de alegría cada vez que hacían alguna tontería y sintió lindo. Los dos estaban contentos.
Entraron en el restaurante Fargan y Willy, tranquilos y adormilados por la noche que habían pasado como la hermandad. Buscaron su zona habitual para desayunar, pero a lo lejos vieron a Vegetta sentado sonriendo.
-Hay que invitarlo a comer-sonrió Willy viéndolo.
Cuando se acercaron notaron que se reía y hacía caras, mientras comía de forma muy extraña, los dos se miraron extrañados y se acercaron rápidamente. Vegetta los vió y los saludó, mientras que pudieron ver de cerca a Rubius. Willy se sorprendió de eso; ¿No él estaba con ellos hace unas horas?
-¡Hola!-sonrió Vegetta.
Rubius volteó todavía riendo hasta que vió a sus compañeros y se atragantó; no era el mejor momento para encontrarse con sus hermanos oscuros.
-Te íbamos a invitar con nosotros-dijo lentamente Willy.
-Será la próxima-sonrió el de ojos morados-Ahorita ya comimos como si nos fuera la vida...
-Si como otro panqueque voy a explotar-asintió Rubius acostado en la silla.
-Vale chicos, entonces los dejamos morir de indigestión-rió Fargan.
-Si, hay que vernos luego Vege, ¿vale?-comentó Willy intranquilo.
-Claro-le sonrió Vegetta un poco contento de esa propuesta.
Rubius vió como su compañero no estaba completamente feliz, pero no entendía bien el porqué; tal vez le molestaba que se unieran más a los otros miembros de Karma. Entendió que iba a tener que cuidar de su imagen oscura con ellos, para que no lo echaran. Fargan, mientras se alejaban de Rubius y Vegetta, también se había percatado del encuentro tan incomodo; ¿Qué le molestaba tanto?
Rubius y Vegetta se vieron y se rieron de la situación tan extraña; estaban llenos de comida en la cara, por lo que debieron dar una impresión muy rara. La camarera les trajo la cuenta y Vegetta pagó, dejando un montón de monedas.
-Pero tío no comimos oro-dijo alarmado Rubius.
-No es mucho-dijo Vegetta-Solo tienes que saber en dónde conseguirlo.
-Que dices...-dijo Rubius sin poder creerlo.
-Hay una misión que es muy fácil de hacer a lado del Río, la puedes hacer las veces que quieras y te da mucho dinero-señaló Vegetta-Te recomiendo que la hagas en días soleados, es mucho más fácil.
Rubius anotó rápidamente en una servilleta esa información, feliz de poder aprender algo nuevo. Al escribir, recordó que tenía la gema que habían conseguido cuando entraron a la mazmorra, y tuvo un plan.
-Oye, ya se como puedo pagar mi deuda-sonrió-Ven conmigo.
Salieron del restaurante y se dirigieron a la granja del pueblo, Vegetta estaba un poco confundido con todo eso, pero se dejó guiar por Rubius. Entraron a la granja y comenzaron a ver muchos corrales.
-¡Elige!-sonrió Rubius señalando a los animales.
Vegetta vió a los primeros animales, y unos pollos se asomaron curiosos por los nuevos visitantes.
-¿Me vas a dar un pollo?-preguntó confundido.
-Si-dijo Rubius-Digo ¡no! te voy a dar el animal que tu elijas.
Vegetta miró alrededor de todo el lugar, un montón de diferentes animales se asomaban, peor ninguno le llamaba la atención; tal vez debía elegir un cerdo para hacer feliz a su compañero e irse.
Cuando estaba acercándose hacía los cerdos de mala gana, un caballo pasó a toda velocidad por el centro de los corrales y empezó a saltar feliz, Vegetta quedó impresionado. Corrió persiguiendo el caballo blanco hasta su corral, que era una colina enorme. Ese caballo era un sueño, pero sabía que los caballos eran muy difíciles de comprar en Karma. Sintió un poco de culpa por querer pedir algo tan grande.
Rubius vió como se emocionó con el caballo, y mientras Vegetta lo perseguía el fue con el comerciante y compró rápidamente el caballo. Luego fue emocionado con el de ojos morados.
-Es bonito, ¿no?-dijo Rubius feliz.
-Muy-dijo ilusionado Vegetta.
-Espero te haya gustado-contestó el de pelo blanco.
-Pero-interrumpió Vegetta-Los pollos también son lindos...
-Vegetitta-paró al chico-Ya es tuyo, así que no me vayas a decir que querías un pollo.
Vegetta se le abrieron los ojos y le brillaron con emoción, fue a correr para perseguir a su nuevo caballo, como un niño. Rubius se rió y vió el encuentro.
-Vale, que si querías el caballo-dijo para si mismo.
Había quedado de visitar a Mangel, y aunque de verdad no quería dejar esa bonita reunión, le preocupaba su amigo. Se acercó a Vegetta, que ya se había subido a su caballo.
-Te tengo que dejar, pero así practicas cabalgar con...-pensó-¿Cómo lo piensas llamar?
-Vicente-sonrió Vegetta-Siempre quise tener uno.
Se despidieron y Rubius dejó a Vegetta cabalgando feliz, sintiendo que había sido una gran mañana.
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Espero les vayan gustando los capítulos,
¡Muchas gracias!
-TdC
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KARMA
FanfictionSamuel ha decidido comprar un nuevo y misterioso juego: Karma, descargando en su computadora este prototipo sin conocer mucho con lo que se encontrará. Lo que no sabría es que quedaría atrapado en el mundo digital junto con Willy y otras siete perso...