KARMA

34. El soplón

Rubius no tuvo más remedio que irse, sabiendo que la había cagado y que tal vez eso iba a ser irreparable. Veía una y otra vez la nota con odio, pues gracias ese pequeño papel todo lo que había construido con Vegetta estaba destruido.

Había hecho travesuras, y se había peleado con una bestia en la noche, pero si llegara a explicar, si le hubiera dejado decirle todo, tal vez hubieran podido arreglarlo.

El cambio de ánimo con el que había transformado todo era demasiado para el, y solo quería tirarse en su cama y dormir todo el día, pero necesitaba hablar con sus hermanos oscuros; había un soplón en Karmaland que sabía cuál era su verdadera identidad y debían encontrarlo.

Se fue acercando poco a poco hacia su casa desanimado y repitiendo todo una y otra vez en su cabeza para poder recordarlo; Vegetta había encontrado esa nota junto a probablemente por la sangre que llevaba a su establo a una mascota suya muerta, por lo que debía ser alguien realmente fuera de sí.

"Solo necesito saber quién ha hecho esto"

Su cumpleaños ahora estaba bastante arruinado por todo aquello, caminaba desanimado viendo a lo lejos como las luces de la casa de árbol estaban prendidas y escuchaba la música alta que jodía sus oídos desde una gran distancia. Fue acercándose mientras golpeaba con su zapato una roca, haciendo una mueca inmediatamente al saber que no podría explicarle a nadie mas que a sus hermanos oscuros lo que había pasado.

—Joder que a parte voy a tener que fingir...-suspiró agotado con solo pensarlo.

Pronto las música se iba haciendo más fuerte y las voces de sus compañeros borrachos se escuchaban claramente. Al subir al primero que se encontró fue a Alex bailando solo con una botella en la mano. Había empezado a tomar desde que había llegado y se encontró con la pareja oficial del momento; Auron y Luzu fueron los primeros que se encontraron en la fiesta para arreglar todo, y aunque Alex esperaba hallar al castaño solo, no había tenido la suerte. Eso hizo que simplemente optara por robar una botella. Lolito y Mangel se notaba que estaban en una esquina peleando, siendo el pelinaranja el más harto de todo.

Mangel estaba comenzando a preocuparse pues cada vez todos sus recuerdos diarios eran más confusos y vagos, a parte de que había notado en su espalda mas de una docena de cicatrices extrañas, pero su pareja parecía que no le importaba aquello; si tan solo supiera que el era la razón de su malestar. Lolito solo maldecía a sí mismo por no haber traído la daga una vez más para poder calmar esa nueva discusión.

Auron y Luzu ignoraron totalmente al cumpleañero, pues estaban platicando de varias tonterías y Auron intentaba distraerse y distraer a Luzu de ahora sus contrincantes en las elecciones; Mangel y Lolito. Luzu agradecía que su pareja intentara hacer todo lo posible por no caer en la inseguridad de nuevo, dejando que su total atención fuera hacia quien tenía enfrente. Lo peor de todo, es que el motivo más grande de querer distraerse no era por las elecciones en el caso de Auron; cada vez que veía a Lolito recordaba todas las veces que había engañado a su pareja con el.

Fargan y Willy no se veían por ningún lado, haciendo que Rubius estuviera abrumado por todo el escenario pues no podía desahogarse ni explicarle a sus hermanos su furia. El primero que notó al teñido fue Alex, que le sonrió mientras se tambaleaba a su dirección.

—¡El cumpleañero!-gritó emocionado tirándose en un abrazo torpe-Feliz... cumpleaños.. a ti...

Rubius le sonrió como pudo ayudándolo a mantenerse de pie mientras veía como todos se acercaban a felicitarlo y saludarlo; Mangel pudo notar desde el primer segundo que algo no estaba bien, pero desde que había comenzado a sentirse extraño, ya no confiaba en sí mismo ni en su percepción, creyendo que solo estaba proyectando sus problemas o exagerando sobre la sonrisa triste de su mejor amigo.