8. El noveno

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Mangel y Lolito estaban caminando aliviados junto con Alex y Willy, por suerte, sin ningún rasguño. Todos se alegraron y sintieron esperanza, mientras se acercaban a ellos para preguntarle en dónde habían estado.

Mangel y Lolito contaron cómo habían sobrevivido esos días en una cueva súper pequeña, donde no salían mas que para buscar un poco de comida de vez en cuando. Ese día, al escuchar la voz de los chicos, salieron a saludar y así pudieron encontrarlos. Se podía ver como estaban muy cariñosos, y todos parecían curiosos de qué estaba sucediendo con ellos, en especial Rubius.

-Bueno chicos-llamó la atención Vegetta-Ahora que estamos reunidos, empezaremos desde cero; es hora de tener nuestra primera reunión.

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Después de unos días de la primera reunión, todos estaban listos para seguir con el plan de largo plazo; buscarían una zona cerca del pueblo para construir sus respectivas casas.

Aun cuando todos estaban un poco asustados a la idea de estar solos, Vegetta aclaro que había encontrado la manera de contactarse, y si llegaba a haber cualquier problema, podían comunicarse por medio del sistema del juego.

-¿Pero aún cuando estemos...-Rubius paró un segundo-muertos?

-Inconscientes-aclaró Vegetta-Y sí, hoy hicimos la prueba con Lolito y nos logró contactar para pedir ayuda, así que rápidamente lo salvamos.

-¡No fue mi culpa caer en ese hoyo!-dijo molesto Lolito.

Muchas de las reglas eran estrictas; no pasar por zonas desconocidas, no robarle a los compañeros, no molestar a los aldeanos o a los dioses, entre muchas más. Tal vez si lograban ser más fuertes y conocieran todo mejor, poco a poco, podrían descubrir más.

Luzu pensaba en el mejor lugar para empezar su casa, mientras seguía recordando ese día. Habían logrado avanzar mucho, y en unos días Vegetta se estaba volviendo un experto en Karma. Estaba contento con sus nuevos amigos, y se alegraba haber encontrado a Vegetta desde el primer día.

Subió una montaña donde pudo ver una cueva y unas vistas preciosas al pueblo. Le parecía el lugar perfecto para empezar su nuevo hogar; su mascota (un pequeño cerdito) parecía estar de acuerdo.

-Perfecto Manolo, entonces espera aquí que voy a comenzar a cavar para conseguir materiales-sonrío Luzu mientras lo acariciaba.

Luzu se acercó a la cueva y comenzó a cavar y picar sus materiales, sin darse cuenta que empezó a ir cada vez más profundo. Llegando al centro de lo que parecía ser en realidad un volcán dormido. Empezó a llegar hasta el fondo, cansándose un poco y pensando que tal vez era hora de regresar al exterior, antes de que se hiciera más tarde.

Mientras pensaba eso, sintió que su cabeza le estaba haciendo una broma, porque comenzó a escuchar una voz.

-Día 15: Ya acabé de contar cada roca que hay aquí, creo que estoy por comerme mi pie-su voz sonaba cansada.

Luzu estaba incrédulo, ¿Tal vez el último compañero estaba ahí? Comenzó a picar hacía donde escuchaba la voz.

-¿Hay alguien ahí?-preguntó mientras picaba.

-Genial, ahora estoy alucinando-respondió la persona desesperanzada.

Luzu logró encontrar la dirección correcta de donde estaba esa persona y empezó a hacer un hoyo; poco a poco pudo ver a un chico que estaba tirado en el suelo viendo el techo de la cueva. Tenía los ojos oscuros, como su cabello, con una sudadera simple y jeans. Luzu estaba completamente feliz de haber podido encontrar al noveno compañero. Al entrar a la pequeña cueva, pudo ver porqué no lo habían encontrado: había aparecido en un pequeño agujero en el fondo de la montaña.

-¿Hola?-dijo tímido al chico tirado.

El chico lo vió con un poco de indiferencia por unos segundos y luego volvió a ver las rocas que tenía arriba. Tardo un momento en volverlo a ver, darse cuenta que era alguien real, emocionarse y levantarse.

-¿Eres real?-preguntó contento.

-Supongo-contestó rascándose la cabeza Luzu.

El chico se acerco súper emocionado por ver a otro ser humano, e impulsivamente agarró al que lo había encontrado de las mejillas y lo besó rápidamente. Las mejillas de Luzu se encendieron mientras intentaba entender lo que acababa de pasar.

-¡Gracias tío!¡Gracias!¡Gracias!¡Gracias!-decía el chico mientras lo abrazaba.

-Hey que si me vas a besar-dijo muy nervioso el chico castaño-Al menos dime tu nombre.

-Soy Auron, guapo-le guiñó un ojo mientras saltaba de la emoción.

Luzu estaba sorprendido; esta pequeña sorpresa que había encontrado en el medio de su nueva casa, junto al corazón del volcán, había hecho que despertara a una nueva realidad.

"Auron" pensó interesado.

-Pensé que iba a estar para siempre aquí-le contaba Auron-No me lo vas a creer, pero estoy muy seguro que alguien ¿me abduc-abucio-abudzó? Bueno, eso, y que de alguna manera me dejó enterrado aquí.

Luzu pensó en todo lo que iba a tener que explicarle a Auron, y todo lo que debía de ayudarlo para poder estar al nivel de todos los demás. Decidió comunicarse con Vegetta para avisarle.

<Hola compañero>

Hola Luzu! ¿Estás bien?>

<De hecho, estoy mas que bien>
contestó Luzu viendo de reojo a Auron.

<¿Ya encontraste un lugar para tu casa?>
interrogó Vegetta.

<A parte de eso, encontré algo mejor, que no
me vas a creer que tenías razón. Acabo de encontrar a un chaval llamado Auron, el noveno de nosotros>

Buenísima Luzu!¿Sabe dónde está?>

<No, ha estado encerrado en una cueva desde que llegamos>
respondió Luzu.

<¿Crees que puedas ayudarle a aprender
las reglas y todo?>
preguntó Vegetta.

<Sin ningún problema>
afirmó Luzu.

<Perfecto, bueno te dejo que tengo que terminar la segunda planta de mi próxima casa, ¡cuídense!>

Vegetta colgó y Luzu volvió a mirar a Auron sin saber por donde empezar. Lentamente, intentó explicarle la situación, las reglas, lo importante que era protegerse; le prometió ayudarle a aprender todo sobre el juego del que ahora era parte.

Auron se encontraba muy desconcertado, pero estaba contento de que Luzu hubiera sido la persona que lo había encontrado; le intrigaba su ternura y nobleza. Normalmente ese tipo de chicos le parecían aburridos, pero este chico era simplemente bueno. Se preguntó si podría aprovechar eso.

Aunque había escuchado que en este nuevo mundo, podían morir en un segundo, el no pensaba mucho en eso. Pensaba en las posibilidades de poder ser quién quisiera y hacer lo que sea. Tenía una sed de caos inmensa, e iba a empezar creando caos en el chico que tenía en frente; no podía resistir no divertirse con Luzu.

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Gracias por compartir, calificar y comentar, hace que me den más ganas de seguir con la historia. <3
-TdC

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