39. Las elecciones

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Luzu temblaba ligeramente de emoción y nervios mientras sus manos jugaban con la corbata, enredándosela mal y haciendo que su alteración  incrementara. Para su suerte, su novio llegó rápidamente a ayudarlo, intentando calmar ese malestar dándole una sonrisa tranquila.

—No debes de estar nervioso, no es para tanto-aclaró Auron arreglando la corbata.

—Pero si lo es, es algo que debe tomarse enserio; los dioses tal vez nos ayuden a mejorar la vida aquí si tenemos un buen plan y un buen líder-su voz copiaba a su cuerpo nervioso y temblaba un poco-Quiero eso.

Auron negaba pareciendo calmado cuando en el fondo ese comentario lo había matado un poco más, sabiendo que iba a tener que votar por Lolito y que si Rubius no hubiera logrado hablar con Vegetta, probablemente su pareja perdería. Rezaba porque su compañero hubiera logrado salvar la situación mientras pretendía que todo iba bien, ayudando a que Luzu se sintiera mejor.

En su mente se decía que no era gran cosa, que los dioses solo les darían algún cambio como una tienda nueva o algo poco interesante al alcalde electo; que no importaba quien ganara. Pero en el fondo la ansiedad de saber que podría estar equivocado hacía un nudo en su garganta. Luzu intentaba no notarlo, pero sabía que algo había pasado el día anterior con Lolito y su pareja, pues este estaba completamente distraído y distante; quería creer que simplemente estaba nervioso por ver a su amigo y su novio tener que competir.

"Cuando terminemos las elecciones pase lo que pase seguiremos siendo amigos todos, no pasa nada"

De esa forma tan positiva de pensar y ya con su aspecto impecable le sonrió a su novio antes de darle un beso tierno, contento y listo para ir en un poco de tiempo hasta el centro del pueblo. Los dos se complementaron el beso y una sensación extraña los llenó, como si pudieran sentir inconscientemente que algo estaba mal y que no debían tomar por sentado lo que tenían.

Auron no dudo en aprovechar jalando la corbata del castaño hasta la cama, comenzando a besar de forma brusca al otro, que se quejaba pues no quería desarreglarse, pero no le podía decir que no a su novio, así como no podía parar de sentir que debía hacerlo, una vez más.

Más allá de ese encuentro, justo en el centro del pequeño pueblo se había montado un enorme escenario; los dioses habían preparado todo y querían ver si habían elegido a la persona correcta para entretenerlos, dudosos de todas las decisiones arriesgadas de Lolito, quien iba de la mano de Mangel para presentarse como un candidato.

El pelinaranja no estaba muy contento, pues gracias a Rubius su plan no estaba al cien por ciento asegurado; todo dependía de que Auron votara por el. Ese sentimiento no le agradaba y sentía los ojos de los dioses respirando su nuca con cada movimiento, queriendo espectáculo.

Mangel iba demasiado confundido, con la nueva orden de votar por su pareja. Las cicatrices cada vez eran mayores y parecía ser que su novio no tenía llenadera en cuestión de apuñalarlo en cuanto hubiera un pequeño problema. El azabache ya estaba llegando un punto de deterioro donde se perdía su personalidad con la de un zombie andante que recibía órdenes a diario, y aunque Lolito quería pensar que lo que hacía no le afectaba a largo plazo, no era tonto y sabía que tenía que parar antes de que fuera irreparable.

"Hoy será el último día que use la daga en Mangel"

Esa era su forma de pensar; por mas que le facilitaba el cuerpo y la mente del chico, Lolito realmente lo quería, y quería estar con el, no con un sirviente.

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