19. Buenos recuerdos

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Vegetta dejó a su caballo en su casa, feliz por tenerlo; había quedado ir a casa de Rubius para enseñarle algunos trucos para conseguir poderes y dinero. Comenzó a salir cuando de repente vió una figura delante de el.

-Willy-sonrió Vegetta.

-Vege-le respondió la sonrisa.

Los dos se quedaron ahí un momento, sin saber qué decir; hace tiempo que no hablaban bien, y aunque los dos sabían que en el mundo de afuera estaban a punto de tener una relación, adentro había cambiado todo.

-Llevamos un rato distanciados-empezó Willy.

-Lo sé-prosiguió Vegetta-Creo que muchas cosas cambiaron.

-No todo-aclaró Willy.

-No todo-sonrió el de ojos morados.

-¿Vas a alguna parte?-preguntó curioso su compañero.

-Pensaba ir a casa de Rubius, me pidió que le enseñara algunas cosas...-empezó Vegetta.

Willy volvió a sentir un poco de molestia, no entendía el porqué estaba juntándose con Rubius tanto, ni cómo eso era posible.

-¿Ya se están llevando mejor?-preguntó.

-Algo así-se rascó la cabeza Vegetta.

-¿Puedo acompañarte?-preguntó nuevamente Willy.

-Claro que sí-respondió feliz.

Los dos comenzaron a caminar lentamente, al principio sin saber bien qué decir; no habían hablado casi nada desde que habían llegado ahí y aún así no sabían qué contarse.

-Así que...-empezó Vegetta-Fargan.

-Es alguien muy divertido-dijo nervioso Willy.

-Es una persona decente-afirmó Vegetta.

-Le has contado a Rubius de tu y...-comenzó Willy.

-No, no hemos tenido la oportunidad-contestó Vegetta-Tampoco sabía qué decirle en realidad...

-Vege...-lo interrumpió Willy.

-Ya no se qué somos Guille-hizo una mueca Vegetta-Creo que muchas cosas han cambiado ahora.

-No lo pienses tanto-sonrió Willy-Aquí diviértete un poco, tu sabes que afuera es otra cosa muy diferente... Yo.. Sabes, llevamos demasiado tiempo juntos para que ahora dudes de lo que pasa aquí.

-Tal vez tengas razón...-murmuró Vegetta.

-Pues claro, siempre la tengo cabezón-bromeó Willy.

-¿Si quiera lavaste los platos de la casa antes de comenzar a jugar?-preguntó Vegetta cambiando de tema.

-Vamos hombre, que estaba emocionado por el juego...-se excusó Willy.

-¡Pero cuando volvamos va a ser una porquería todo!-lo regañó Vegetta.

-Quien sabe, tal vez alguien los limpie-se rió Willy.

-Me fastidias chaval-rió Vegetta molesto.

-A parte tu no lavaste la ropa antes-aseguró Willy.

-Pero si yo la lave diario-se quejó Vegetta.

-No, el día que empezamos a jugar no-dijo Willy-Por lo que seguro si huele mal algo será tu culpa.

-Willy....-siseó Vegetta.

Poco a poco empezaron a bromear y sintieron la confianza y la cercanía de siempre; era verdad que se conocían de demasiado tiempo ya, y afuera del videojuego, ellos estaban viviendo juntos y en proceso de decirse lo que sentían. Willy había sido su amigo desde hace años, su compañero de negocios, y ahora incluso vivían juntos, ¿qué tanto podía cambiar esa relación en un juego?

Comenzaron a acercarse a casa de Rubius, y Vegetta sintió ganas de cancelarle y quedarse con Willy un rato más, pero sabiendo que el seguro se iría con Fargan, decidió simplemente dejarlo estar y fluir un poco más.

-Ya llegamos-afirmó Vegetta.

-Vale, entonces, nos vemos después Vege-dijo un poco más calmado Willy.

Al irse, sintió muchísimo alivio; Vegetta sentía lo mismo que el, que todo era un juego y que lo que pasaba ahí no cambiaba nada de lo que pasaba afuera. Ahora sí, el podría divertirse y hacer lo que quisiera asegurando que al final podría volver a la normalidad.

Fue a casa de Fargan, donde su compañero estaba decidido a decirle que quería ser algo más, sin saber que le esperaba una historia complicada detrás de un sentimiento ligero y divertido.

Mientras tanto, Vegetta tocó la puerta de Rubius, recordando mientras esperaba todos los momentos que había pasado con Willy y su felicidad de saber que al final podrían intentar algo; aún estaban a tiempo. El juego no tenía que cambiar eso.

Se hizo una promesa mental de intentar que nada de lo que pasara ahí cambiara lo que pasara afuera; al fin y al cabo, era otro mundo y otra historia.

-Hola Vegetitta-abrió la puerta Rubius.

-Hola Rubencito-respondió feliz Vegetta.

Al entrar vió que la casa estaba hecha un desastre y que en realidad no tenía una forma concreta; todas sus habitaciones estaban llenas de animales salvajes y en el suelo estaban tirados miles de libros sobre animales.

-Vaya, vives en un zoológico-dijo irónico Vegetta.

-Ya, que no es una mansión, pero me mola estar junto a ellos-Rubius acarició a una llama.

-Te voy a ayudar a arreglar este desastre-contestó Vegetta impaciente.

-Está bien, déjalo estar-dijo tranquilo Rubius.

-De verdad no puedo estar aquí y no hacer nada-explicó Vegetta.

Rubius permitió que Vegetta lo ayudara y estuvieron arreglando la casa un rato, dejando más espacio para los animales. Mientras que Vegetta hacía el techo, su amigo le contaba tips para cuidar a su caballo mejor en ese mundo y poder protegerlo de todo. Empezaron a platicar de muchísimas cosas, sintiendo que la plática no podía acabar, y cuando la noche apareció, tenían una casa completamente ordenada.

-Ya ni pudimos ver los trucos-murmuró Vegetta desilusionado.

-Que siempre hay mañana hombre-le dijo contento Rubius-Y ahora puedo dormir tranquilo sin que me lama la cara mi lobo.

Eso le recordó a Vegetta que debía de irse para poder salir en la noche como Lobo nocturno; estaba planeando dejar un mensaje a la hermandad oscura para intentar comunicarse y atraparlos, o tal vez una trampa. Se despidió de Rubius y salió deprisa hacía su casa, dejando que Rubius y Willy, y todos los recuerdos se fundieran en la oscuridad.

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¿Wigetta o Rubegetta?
-Tdc

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