30. Aullidos

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La hermandad oscura estaba lista para tener un nuevo enfrentamiento con la criatura de la noche; Lobo nocturno. Habían decidido eliminar a todos los lobos de la montaña para llamar su atención, así como explotar una bomba en cada casa de los integrantes, incluso en la de ellos. Buscaban despistarlo con el plan, hasta poder matarlo o saber de quién se trataba al menos.

Vegetta estaba listo con su nuevo traje, decidido a buscar una pista sobre la Hermandad; traía a su mascota favorita, Lobo plateado, que llevaba más protección que todos los integrantes de Karma. El pequeño lobo había sido rescatado por Vegetta y era ahora su mejor compañero en la noche, ya que Vicente solo podía usarlo de día.

-Espero estés listo pequeño-sonrió a su pequeño aliado-Recuerda todo lo que practicamos.

El lobo no entendía bien, pero estaba completamente entrenado para atacar a quien sea que se acercara a su dueño; salieron escondidos entre las sombras y comenzaron a buscar a sus enemigos.

No muy lejos, en las grandes montañas, Willy comenzaba a matar a todos los lobos que se encontraba, mientras que Fargan y Rubius se encargaban de llenar de bombas todas las casas.

-Qué lástima que tengamos que poner una mina aquí-murmuraba triste Fargan.

Estaban en su casa, que ya comenzaba a tener una forma bonita; pero no podían dejar a nadie sin una explosión o sospecharían los demás.

-¡Cierra los ojos!-exclamó Rubius prendiendo la mina.

-No quiero ver-sollozó Fargan corriendo.

Escucharon un gran sonido atrás y salieron corriendo, sabiendo que estaban completando su misión; Rubius no se sentía muy contento con lastimar a los lobos, pues le gustaban demasiado los animales, pero como no sabía si alguno de ellos podía volverse una criatura como con la que luchaba diario, iba a tener que aceptar que tenían que ser eliminados.

-Oye-le dijo Fargan-Que tu y Vegetitta andan muy juntitos, ¿No?

-Pues sí, con eso que me ayuda a tener algo que hacer-disimuló Rubius con nervios.

-¿Quieres saber algo?-masculló Fargan-Creo que le gustas.

-¿Pero tío de qué hablas?-susurró abrumado Rubius.

-Venga, que todos los vimos en la fiesta-explicó-Siempre juntos y lanzándose miradas coquetas..

-Estábamos tomados-se excusó el de pelo blanco.

-Vale, que te gusta a ti también-sonrió Fargan contento.

El que vestía de búho estaba contento con eso, pues así podía estar con Willy y todos estarían contentos; Rubius era su salida. Llegaron a la posición de Willy.

-¿De qué andan hablando?-murmuró concentrado.

-D.de, de nada-titubeó Rubius.

-Que le gusta Vegetta-susurró Fargan molestando.

-¡Pero tío que eso no es cierto!-gritó el de pelo blanco molesto.

-Pero Rubius-se rió Willy-Si Vegetta no te soportaba y ahora son uno, ¿qué ha pasado?

"El clóset es lo que ha pasado"
pensó para sí mismo Rubius.

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