Estábamos de pie fuera de nuestras respectivas habitaciones. Habíamos dicho buenas noches, pero ninguna de las dos quería decir adiós.
-¿Poché uh... quieres ver esa película?- Pregunté, mirando hacia un punto en el suelo como si fuera la cosa más interesante que había visto en mi vida.
-Claro.- Sonrió.- ¿Tú habitación?
-Tu habitación tiene un televisor más grande.- Sonreí con timidez, ella asintió y luego abrió la puerta.
Tan pronto como entré, me quedé boquiabierta. Su olor me golpeó como un autobús. ¿Cómo era eso posible? Yo no había cambiado las sábanas desde su última visita, pero aún así... ¡Esto es ridículo!
-¿Estás bien?- Preguntó, cuándo me vio parada en medio de la habitación y con los ojos cerrados.
-Sí, lo siento.- Me reí y me fui a sentar al borde de su cama. Ella sacó la película de una bolsa, encendió el televisor y el DVD. Una vez todo estuvo listo, cogió el control y se sentó a mi lado. Era una cama doble, así que había mucho espacio... pero yo lamentaba haberme ofrecido a ver esa película.
-¿Te gustaría algún bocadillo?- Negué y sonrió. Se acostó del todo en la cama pero yo todavía estaba sentada, nerviosa de estar tan cerca de ella otra vez. Sí soy patética, lo sé.
Revisé detrás de mí y me estaba mirando, así que gateé en la cama y me acosté a su lado.
El olor de Maria José me tenía loca, así que no me quedaba de otra que respirar por la boca. Apoyé la mano en mi estómago y me sorprendí al escuchar un gruñido viniendo de él, Maria José se rio y me giré hacia ella.
-Eso es porque tiene hambre. Es como decir '¡Pon algo de comida en mí mujer!'
-Oh por lo que veo no has perdido tu sentido del humor, entonces.- Le dije, divertida con la estúpida voz que ella había puesto cuando dijo que 'mi estómago' estaba hablando.
-Tu deberías saberlo ya, soy una persona muy divertida.- Hizo una mueca. ¡¡Lindo!!
-Por supuesto que lo eres.- Sonreí y le palmeé la pierna a modo tranquilizador.
-Muy bien, Knock Knock.- Preguntó en inglés.
-¿Quién está ahí?- Rodé los ojos y respondió en el mismo idioma.
-Las vacas van.
Fruncí el ceño, pero ella me animó a continuar.- ¿Las vacas van a quién?
-¡No tonta, vacas van mooo!- Chasqueó la lengua y luego estalló en un ataque de risa mientras yo solo la miraba. ¡¡Era hermosa esta mujer!! Pero se detuvo de repente.- ¡Eh, tú no estás riendo!- Frunció el ceño en broma, así que le di la risa más falsa que se puedan imaginar.- ¡Yah!
De repente se inclinó y empezó a hacerme cosquillas hasta que me estaba partiendo de la risa y pidiéndole que se detuviera. Ella se rió lindamente mientras yo jadeaba de la tortura.
-¡Ruda!- Exhalé y rió.
-Sí, sí, eres un bebé, Calle.
-Cállate.- Le di una palmada en la pierna y fingió dolor.- ¡Dios sí que eres molesta!- Rodé mis ojos y sostuve mi sonrisa.
-No, no lo soy.
-Shh, la película está empezando.- Me quejé pero secretamente me encantó la forma en que estábamos actuando. Era como en los viejos tiempos.
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-¡Argh! ¡Mierda!- Grité cuando una estúpida mujer voló a la pantalla.- ¡¿Qué demonios es esto?!- Grité.
Mientras tanto Maria José se burlaba como nunca, ¿acaso esto era divertido?
-No es divertido, mi corazón está latiendo como loco.- Exhalé y me congelé cuando sentí su mano sobre la mía, mi corazón latía más y más rápido cada vez.
-Yo tenía razón.- Sonrió. Quitó su mano de la mía y se dio la vuelta hacia la película.
-¿Acerca de?
-Eres un bebé.
-¡No lo soy!
-Lo que tú digas cariño, ahora cállate.
Cariño, me llamó cariño. No pude evitar sonreír ante eso, parece que Maria José Garzón estaba haciendo el trabajo imposible de derribar los muros que sostenían mi corazón. Yo no estaba dispuesta a confiar plenamente en que no me haría daño de nuevo. Sin embargo, iba a tratar de olvidar todo lo que ha pasado y empezar de nuevo.
-¿Maria José?
-¿Mm?- Contestó con la mirada fija en la película.
-Lo siento.
Pausó la película y se giró hacia mí.- ¿Por qué?
-Siento haberte tratado de esa manera el día que nos vimos de nuevo. Pensé solo en mí y ni siquiera me di cuenta de cómo te sentías tú, y tampoco por todo lo que pasaste. lo siento, fui una egoísta.- Bajé la cabeza, pero ella llevó su dedo a mi barbilla para que la mirara.
-Hey, está bien. Me gustaría que olvidáramos todo eso, ¿Está bien? Me gustaría seguir como estamos ahora.- Sonrió.
-Perfecto.- Le contesté.
Continuó mirándome, aparentemente perdida en mis ojos, así que me burlé y tomé el control remoto de su mano para reanudar la película. Se aclaró la garganta con torpeza y se colocó de nuevo hacia su lado de la cama para ver la televisión, con un ligero rubor en su rostro. ¡¡Lindo!!
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Espero que les haya gustado, mañana seguramente tendrán el próximo capítulo. Recuerden que ya estamos llegando al final de la historia.
No olviden votar y comentar.
Nos leemos,
-Al.
