-Pau, ahí está.- Le susurré a mi mejor amiga.
-¿Dónde?
Paula Galindo, mi mejor amiga. La persona a la que le cuento todo. Que Mario es un idiota y que últimamente he estado sintiendo cosas raras por la nueva maestra. Por supuesto no me rechaza, ni me critica, ella simplemente es genial. Ademas ella ha tenido aventuras con chicas y... me habla sobre eso.
-Pelo negro y teñido hasta la mitad de azul, falda negra, blusa roja. ¿La ves?
-No, no la he vist... oh wow.- Sonrió, ella la vio.- La que nos está mirando, ¿Es ella?
-Si, es realmente muy linda... ¡Oh! Espera. Está mirando hacia aquí, tú, deja de mirar ¿quieres?
-¿Por qué?- Preguntó Pau examinando a Maria José de pies a cabeza, después se quedo un buen rato mirándola directamente a los ojos. Al cabo de un rato, Pau se volvió hacia mí.
-¿Por qué hiciste eso? ¡Ahora me va a preguntar!- Dios, mi amiga es tan agravante.
Oh... Cállate, te hice un favor, vas a tener algo de qué hablar con ella. Te veras con ella ahora, ¿Cierto?
-Sí.....- No pude evitar soltar un gemido de fastidio, esto iba a ser embarazoso.
-Que te diviertas.- Dijo mientras abandonaba la mesa.
¿Eh? Sí, claro. Es más fácil decirlo que hacerlo.
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-Buenas tardes chicos.- Todo el mundo la saludó de vuelta y yo también pero mi cabeza estaba sobre la mesa, y el cabello despeinado sobre mi cara. Y no, no quería hacerle frente, así que cerré mis ojos y recé para que yo fuera invisible o algo así.
De repente, una maldita chispa fluía por todo mi cuerpo y me sobresalté al ver a Maria José retraer la mano con una mirada de preocupación en su rostro.
-¿Estás bien Daniela? ¿Tengo que enviarte a la enfermería?
-Uh, no, estoy bien. Lo siento.
Maria José sonrió y luego se dirigió al frente de su escritorio. Estaba a punto de sentarse, pero su marcador se cayó al suelo. Y ¡Oh mi Dios! En el momento en que se agachó para recogerlo casi mostrando sus nalgas. Juro que sentí unas.... Punzadas dentro de mis bragas y estaba mojada, muy mojada.
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Muy bien, así que ¡Soy bisexual! Eso está bien, ¿no? ASHHHH. Lo que me confunde es que cuando besé a Pau todas esas veces en los clubes, no sentía nada. Era puramente para calentar a los chicos de allí... mmm, estoy confundida.
-Daniela ¿Deseas venir aquí?, voy a explicarte sobre el trabajo que tienes que hacer.- ¡Oh Señor! Tengo que sentarme junto a ella de nuevo, está bien, siempre y cuando no nos toquemos...
Me levanté, agarré mi bolsa y puse el asiento junto a ella. Nuestras piernas estaban a punto de tocarse, demasiado cerca, así que cogí la silla y la deslicé un poco fuera, al parecer ella se dio cuenta y me miró preocupada, pero luego descansó su mirada y la puso de nuevo en el trabajo.
-Muy bien, aquí tengo un trabajo que se hizo en el último examen de Inglés para hablantes fluidos. Si deseas trabajar en él, sería genial.- Sonrió. Muy bien... Ahora ya puedo afirmar que soy Bisexual, he empezado a sentir esas sacudidas que se dirigen directamente a mi clítoris cada vez que hace algo como sonreír o un guiño... esta es la forma en que mi cuerpo me dice que asó es ¿verdad? ¡Oh! Esto simplemente no está sucediendo.- ¿Daniela tienes frío? Estas temblando.- Preguntó.