ADVERTENCIAEste capítulo no es apto para menores de 18, es decir que es +18, y si tienes menos yo no me responsabilizó de cuanta inocencia perderás. Si no te gusta este tipo de cosas, no lo leas y no dejes haré, en cambio si te gusta, disfruta.
No puede aguantar más, así que mi boca reclamó lo suyo. Pocos gritó al instante que mi lengua encontró su hinchado botón de placer, sensible de nervios. Su clítoris estaba duro e hinchado mientras yo lo chupaba y saborear. Una de mis manos la mantuve en sus caderas, mientras yo lo chupaba y saborear. Una de mis manos la mantuve en sus caderas, mientras que la otra seguía jugando con sus duros pezones. Sentí cuando empezó a mover su centro contra mis labios. Di un mordisquito suave a su clítoris y su color líquido inundó toda la cama, ella dejó escapar un fuerte gemido, uno que nunca había oído antes.
Mis bragas probablemente parecían una cascada ahora, estaba totalmente húmeda y descontrolada, desliza mi mano por sus rosados pliegues y comencé a frotar los dedos ferozmente para ofrecerle otro orgasmo. Mientras jadeaba, asintió hacia mí, dándome el permiso de entrar en ella. Deslicé un dedo y comencé a empujar, luego añadí otro, disfrutando de la sensación de esa caverna cálida, húmeda y apretada. Me agaché y comencé a chupar su clítoris, a saberlo como si fuera el más delicioso de los dulces.
Mi boca y mis dedos actuaron como si llevarán el mismo ritmo, mis dedos se en cogían y mi lengua era un remolino en si hinchado clítoris, yo sabía que ella estaba perdida en un completo éxtasis. Sus caderas se mantenían contra mi rostro, mientras sus puños apretaban fuertemente mi cabello, no permitiendo que mi cabeza se moviera de su lugar, ni siquiera por un segundo. Gemía en voz alta, esos sonidos de la pasión que traían una oleada de excitación a mi cuerpo.
Ella se vino de nuevo, sus cadera salvajemente alzadas tratando de sobrellevar su orgasmo, su calor líquido llenó mi mano y entre gritos decía mi nombre. Debido a las réplicas, continuó temblando, cada músculo de ella apretando de placer, mis dedos se habían mantenido en rosca dos dentro de ella hasta que finalmente se relajó y callaba su respiración.
Saqué mis dedos, mi cuerpo gritaba con deseo mientras estaba cubierto de una fina a la de sudor y respiraciones pesadas. Yo no quería empujarla a más, pero debido a su increíble show, necesitaba mi propia liberación. Afortunadamente recuperó el aliento y rápidamente me volcó de espaldas a la cama.
-Eres increíble mi bebé. - Sonrió. - Pero ahora es mi turno.
Me dio un beso en los labios y lentamente bajó por mi cuello hasta encontrar mis pezones erectos, gemí al sentí su cálida boca en ellos, arqueé la espalda queriendo mis pechos bien adentro de su deliciosa boca, pero la necesidad dentro de mí era tanta que la quería también abajo, no en mi pecho. Para que le quedará claro, rápidamente me quité más bragas y las tiré al otro lado de la habitación, sin importarme donde aterrizarán.
-Hazme el amor. - Le susurro y agarré su mano, llevándola a mi centro. Mi cuerpo se sacudió del dolor y de las puntadas que sentía pero pronto fue sustituido por la increíble sensación de sus dedos frotando contra mí.
Cada vez que se detenía o se ami notaba el paso, le agarraba la mano y la frotaba con fuerza contra mi centro necesitado, con todas mis ganas, pidiendo mi liberación. Sabía que se estaba burlando de mí…. pero yo no podía soportarlo más, había hecho el amor con ella y me despertó tantas cosas, que yo la necesitaba ahora mismo.
Sus dedos me hacían cosquillas y presionaban contra mi palpitante clítoris, bajo un poco más y los paso de arriba a abajo por mis pliegues, cubriendo sus dedos de mi humedad. Empezó a insertar dos dedos en mí y me quedé sin aliento, mi espalda se arqueó inmediatamente.
Entonces me golpeé en la cabeza contra la cabecera de la cama cuando empezó a follar me con sus dedos adentro y afuera, adentro y afuera, adentro y afuera, adentro y afuera ¡¡Dios!! Esta mujer si que era buena,. Conocía el camino que me llevaría al límite y en tan sólo segundos yo ya me estaba corriendo en sus manos.
Mi cuerpo se retorcía y convulsionaba contra ella, las oleadas de placer y electricidad me convergieron en un completo desastre. Siguió empujando sabiendo que me había frustrado con sus jueguitos, y pronto ya estaba en mi segundo orgasmo. Sentí una explosión estallar dentro de mí, mucho más fuerte que la primera. La electricidad hizo que todo mi cuerpo se tensara y luego tuviera una contracción incontrolable. Mis caderas morían contra su mano y las mías se apretaron en las sábanas, era la necesidad de ejercer algún tipo de fuerza que me mantuviera en esta tierra.
Después de que la oleada había pasado, tiré a María José, la necesitaba cerca de mí. Se dejó caer a mí lado y me tiró a sus brazos, mis manos Inmediatamente acariciaron su cabeza y jugaron con sus labios. Cerré los ojos a los sentimientos increíbles que estaba experimentado… el placer, calle, escalofríos, hormigueo… Amor.
Se dio la vuelta para enfrentarme y sus ojos se fijaron en cada parte de mí. Sonreí y me inclinación para besar su nariz, amando la manera en que Francia su rostro linda mente. Alargó su mano y trazó mis labios con su dedo pulgar, aparentemente pérdida en esa carne Ross que le había llenado de placer en todas partes. Después de casi una eternidad, habló.
-Esta es la primer vez que hice el amor… - susurró vacilando un poco.
Ella vio mi expresión confusa por lo que continuó.
-He tenido sexo Daniela pero nunca he hecho el amor. - Suspiró, avergonzada de lo que estaba diciendo, tal vez pensando que no sentía lo mismo.
-Yo también. - Le contesté, con mi voz ronca de los gemidos que había hecho.
-¿No con…?
-No… - Le interrumpí. - No con él, no con nadie. Al igual que tú, era sólo sexo para mí… ¿Pero esto? Esto es otra cosa. - Sonrió, y pude ver que amó lo que le dije.
Ella se acurrucó en mí una vez más y comenzó a trazar círculos en mí todavía erecto pezón con su dedo. -Tú. Eres algo más.Ví su rubor y no pude evitar soltar una risita. Me empujó juguetonamente pero me abrazó con fuerza.
-Nunca he conocido a nadie remotamente parecido a ti Poché. Eres increíble pero… me asustas. - Revelé, esperando que no lo tomara por el camino equivocado.
-¿Te asustó? ¿Cómo es eso?- Preguntó curiosa.
-Me haces sentir cosas… Cosas que no he sentido antes. Tú me haces sentí segura, aún en peligro. Emocionada, pero tranquila. Asustada, pero valiente.
Se quedó en silencio, tomando mis palabras y luego sentí su asentimiento contra mi cuerpo.
- Eso es exactamente lo que siento también. - Sonrió besando mis pechos.
-Soy muy feliz contigo. - Sonreí.
-Soy muy feliz contigo. - Estuvo de acuerdo, cerró los ojos aún sosteniéndome firmemente, abrazándome con mucha más fuerza y nuestros dedos entrelazados.
Esto es el amor.
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Espero que les haya gustado, mañana otro capítulo. No se olviden de comentar y votar.
Nos leemos,
- Al.