Esperaba que se sorprendiera, pero creo que lo que sugerí era exactamente lo que ella estaba pensando. Le dije que era perfecto ya que mi padre estaba fuera de la ciudad por una semana a partir de esta noche, así que la casa estaría libre. Se sorprendió al saber que estaría sola todo ese tiempo, pero le aseguré que iba a estar bien.
Me la pasé contando las horas hasta que ella llegara, hace 30 minutos había dejado la escuela para prepararme. Empecé a sentir pánico, la Señorita Maria José Garzón estaba llegando a mi casa, ¿qué coño? ¿esto es real? Miré a mí alrededor y vi algunas bebidas, un poco de vino – Espera. ¡¡Vino noooo Jesucristo!!
Um, ¿cómo me veo? Llevaba jeans ajustados que realizaban mis nalgas y una camiseta ajustada que mostraban mis bien formados pechos. No quería dar una imagen de niña, quería dar una imagen madura para ella.
¿Qué haríamos después de la tutoría? ¿Hacer un recorrido? ¿Mirar mi habitación? ¡Joder! Corrí escaleras arriba y rápidamente limpié mi cuartoa tiempo. Unos minutos después sonó el timbre. ¡¡Oh mi dios!! Dame fuerzas te lo ruego.
Bajé las escaleras y respiré profundo mientras me acercaba a la puerta. Entonces tiré del mango y abrí. ¡¡WOW!!
Llevaba unos vaqueros pitillo y también un abrigo acolchado.
-Señorita Garzón.- Sonrió, pero desapareció en el momento que dije eso.
-Nuh, uh.- Dijo mientras agitaba su dedo en mi cara y cerraba la puerta de nuevo. Yo sabía que quería. ¡Es tan tierna! Así que golpeó la puerta nuevamente y yo abrí.
-Maria José.- Sonreí.
-Wow, se ve aún mejor en el interior.- Dijo mientras yo cerraba la puerta.
-Gracias, mi papá es diseñador de interiores.- Sonreí.- Esa es la razón por la cual estaré sola el fin de semana, se fue a Inglaterra por un pedido.
-Ahhh ya veo.- Asintió mientras miraba el lugar.- ¿Y tu madre?
Mi sonrisa se desvaneció y mi aliento se quedó atrapado en mi garganta. No me gusta hablar de ella, y su expresión lo adivino.
-Lo siento.- Me dio una sonrisa tranquilizadora y luego hizo una cremallera en su boca.
-Está bien, podemos empezar aquí.- Dije palmeando la mesa de mi cocina.
-Muy bien.
-¿Quieres un trago? ¿Soda?
-Eso sería genial gracias.
¡Oh Dios! Ella estaba en mi casa y sentada en mi mesa, esto era demasiado surrealista.
-¿No tienes mascotas?- Negué, y di un sorbo de mi bebida.
-No.- Le di una lata de refresco y me senté a su lado.- Realmente quiero un perrito pero supongo que estoy demasiado ocupada para cuidarlo de forma adecuada.
-Eso es admirable. Yo tengo un perrito, pero casi no tengo tiempo suficiente para él así que lo llevo a un servicio de gradería que encontré en Internet.- Rió.- Sin embargo, a él le encanta el lugar.
-Aw, eso es lindo.
-Te lo mostraré.- Levantó su teléfono y vi la foto de un poodle negro.- Su nombre es Tiguer.
-¿Qué?- Creo que ella vio mi cara de confusión y se echó a reír.- ¿Es chiquito y es negro, pero tú lo llamaste Tiguer?- Me burlé.
-Yah, su rostro parecía un tigre, no me preguntes por qué, porque no lo sé.
-Wow, y tú me llamas rara.- Le di un guiño, ¿Ah? Me sorprendí de mis acciones y lo cómoda que me sentía, a pesar de que sabía que le estaba guiñando el ojo a mi maestra. Ella también se sorprendió de verme recuperada de la depresión tan rápido.