No tuvimos la sesión de tutoría, ella todavía estaba molesta por algo, así que cancelé y le dije que se fuera a casa. Sólo espero que este bien hoy, o no sé lo que haré. También tengo que mantener el lado bueno de Mario, no pregunten por qué, sólo lo necesito.
Mi puto coche no encendió de nuevo, necesitaba tiempo para llevarlo al garaje. Pero tendría que hacerlo después de la escuela. Llamé a Pau para ver si podía recogerme, afortunadamente no había salido de su casa y vino a buscarme de inmediato.
-¿Por qué estaba llorando?- Preguntó mientras se detuvo en una luz roja.
-No sé, realmente no tengo ni idea. En un momento ella estaba tratando de detener la pelea, y luego corrió a llorar.
-Hmm.- Pau pensó por un momento.- Ella es extraña, muy difícil de descifrar.
-Lo sé.- Yo no sabía si decirle esto, pero.- Pau... He estado soñando con ella y creo que si algo no sucede pronto me voy a volver loca.- Admití. Era cierto. Todas las noches me despertaba sudando y completamente mojada, después de soñar que Maria José y yo... En la.... Intimidad.
-Dios Dani, estás hundida.- Pau suspiró. Sí, sí, lo sé.
El resto del viaje fue tranquilo. Cuando llegamos, nos despedimos y empezamos las clases. Tenía a Maria José al final del día y una sesión de tutoría después, de eso era lo único que tenía ganas.
Cada clase era monótona y apenas podía mantener los ojos abiertos. Lo único que me mantenía despierta era la idea de estar y hablar con ella acerca de lo que tenía mal ayer.
La hora del almuerzo se acercó, me senté al lado de Pau y busqué a mi profesora favorita. Pronto la vi y ella dio una mirada a mi mesa. Antes de que pudiera detenerme, la saludé. Estúpida Daniela, estúpida.
Ella solo iba yéndose pero me devolvió el saludo. ¡Joder, sí! Me volví hacia Pau para celebrar, pero ella no estaba prestando atención. Miré de nuevo a Maria José pero llegó Mario y se sentó. Me dio un beso en los labios y me arruinó la vista de Maria José con su rostro.
-¿Estás ocupada esta noche Dani?
-Si, tengo que limpiar la casa, mi papá vuelve a casa pronto.- Suspiré.
-Ah bien, no hay problema.- Sonrió. ¿Está bien? ¿Quién era él? ¿Qué había hecho con Mario?
-Me tengo que ir, te amo Daniela.- Sonrió y me dio un beso antes de levantarse.
Sonreí y miré al azar, a mi lado derecho esta Maria José de pie, delante de al estación de cubiertos cerca de nuestra mesa, pero ella no se movía. Tan pronto como Mario se levantó de la mesa para ir a sentarse con sus amigos, ella me frunció el ceño, se mordió el labio y arrojó su bandeja llena de restos de comida en la basura antes de salir a toda prisa.
Sí, tenía que averiguar lo que estaba mal con ella lo antes posible, me levanté, dije adiós a Pau, compre un par de sándwiches y algunos dulces de goma y la seguí por donde se había ido.
Supuse que iba a su salón de clases, así que me acerqué a la puerta y estaba cerrada. Me asomé por el vidrio de la ventana y la vi. Estaba en su silla con la cabeza apoyada en su escritorio. Tomé una respiración profunda y llamé antes de entrar.
-Hola.- Sonreí y ella levanto la cabeza.
-Hola, ¿qué estás haciendo aquí?.- Preguntó sorprendida.
-Pau estaba acosándote de nuevo y me dijo que te vio salir con cara de tristeza. Te imaginé y he venido a ver si estabas bien.- Lo siento Pau, pero no puedo dejar que sepa de mis sentimientos, no todavía.
-Estoy bien Daniela.- Me dio una sonrisa falsa que no tranquilizaba a nadie.
Rodé los ojos y me senté frente su escritorio. Entonces, abrí mi bolso y le di un bocadillo, me dio una mirada extraña.
-Ella dijo que tiraste tu comida.- Me encogí de hombros, con la esperanza de no ser muy evidente.
-¿Debo estar preocupada por Pau?- Se rió entre dientes, pero recibió el sándwich y le do un mordisco.
-Ummm... tal vez sí. Ella tiene problemas psicóticos....
Maria José dejó de comer y sus ojos habían crecido. Me eché a reír y ella rodó los ojos.
-Muy divertido.
-Pensé que lo era.- Dije mientras asomaba la lengua en mi mejilla, burlándome de ella.
Ella sonrió.- Gracias por esto.- Dijo sosteniendo su sándwich.
-No es problema.- Justo cuando estaba a punto de preguntarle por qué estaba enojada, me hizo una pregunta.
-¿Cómo está tu relación? Esa pelea fue muy intensa.
-Uh, estamos bien, me asustó un poco. Él puede se muy violento cuando está enojado.
-Creo que asustó más a la clase. Dios... si él te hubiera hecho daño yo...- Inmediatamente dejó lo que estaba diciendo, me miró y se mordió le labio.- Si él hubiese hecho daño a alguien habría sido suspendido o incluso expulsado, espero que él sepa de esto.
-Estoy segura de que sí. Se pone tan celoso por encima de todo, quiero decir que lo has oído. Pau es mi mejor amiga y él cree que estamos teniendo algún amorío lésbico... vamos.- Me burlé.
-Sí...- Dijo bastante incómoda.
Bueno... no esperaba esa reacción.
Incómodo silencio............
-Hey um, si alguna vez necesitas hablar o despotricar a alguien... Espero que sepas que puedes venir a mí ¿estás bien?- Preguntó, con una tímida sonrisa en su rostro. ¡OMG!
-Aw ¿de verdad? Te lo agradezco. En realidad estoy teniendo un montón de problemas en este momento.- Le dije con una risita. La vi tomar un pedazo de papel y empezar a escribir en él. Cuando terminó ella me lo entregó.- ¿De quién es este número?
-Es mío. Si necesitas hablar acercar de tus problemas fuera de la escuela, no dudes en llamarme o mandar un texto.
De acuerdo, ¿estoy soñando? ¿Realmente tengo el número de Maria José Garzón en mi mano?
-Wow, gracias. Significa mucho.- Le dí una sonrisa tímida y ella sonrió de vuelta.- Te voy a llamar ahora para que tengas el mío también. Ya sabes, por si acaso te mando un texto, tú no creas que es un demente o un acosador.- Sonrió.
-¿Como Pau?- Sonrió. Dios... sí que era linda.
-Como Pau.- Estuve de acuerdo. Saqué mi teléfono y guarde el número bajo Maria José. Yo estaba tan tentada de poner un corazón al lado de su nombre, pero sería un suicidio. Marqué su teléfono y ella tomó el suyo para guardar mi número también. ¡Habíamos intercambiado los malditos números! ¡¡Sí!!
-Está bien. Creo que es mejor que termines tu almuerzo Daniela, antes de empezar la clase. Muchas gracias por venir a hacerme compañía.- Me guiñó un ojo. ¡¡Oh Dios!!
-No hay problema, nos vemos luego.- Le dí un guiño de vuelta. Así es, estoy coqueteando contigo.
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Bueno, ya tenéis el capítulo 16, espero que les guste, los dos siguientes serán el fin de semana que viene, y se vienen cosas muy interesantes 7w7.
No se olviden de votar y comentar.
Nos leemos,
-Al.