Lamentablemente no he podido ir a la escuela por el resto de la semana, pero por suerte yo estaba mucho mejor el sábado, tuve un leve resfriado, pero eso fue todo. No podía esperar para ir a la casa de María José por primera vez. Me preguntaba acerca de su gusto en la decoración, el color de su habitación, la sensación de su cama....
No tuve que esperar mucho tiempo, ella vino y me recogió a las 16:00, nos aseguramos de tener una coartada con Pau, si mi papá preguntaba dónde andaba, entonces, nos dirigimos a su casa. Entrelazados nuestras manos mientras ella conducía y pronto llegamos a un camino. No vive tan lejos de mí, tal vez como a quince minutos en coche.
-Wow, me gusta tu casa. - Sonreí. Era linda. Era pequeña pero impresionante, los colores de las flores en su jardín delantero, me hicieron apreciar su belleza aún más.
Ella tomó mi bolsa de viaje desde el coche y con. I una dama la llevó dentro, ya que era bastante pesada. Me sorprendí de inmediato cuando ví una bolita de pelo negra corriendo hacía mí, hasta que me golpeó en las piernas cuando Poché abría la puerta.
-¡Tiger! ¡Yah!
-¡Había olvidado que tenías un perro! - Grité y me agaché para acariciarlo, él era tan lindo. Me reí cuando se las arregló para saltar sobre mis rodillas dobladas y luego saltó y lamió ni cara, haciéndome caer sobre mi trasero. I a María José reír y luego sonreír burlona.
-¿Por qué me miras así? - Le pregunté, mientras Tiguer continuaba lamiendo mi boca.-Supongo que debería haberte dicho. - Resopló. Tratando de contener la risa.
-Decirme, ¿Qué? - Franco el ceño tratando quitar a Tiguer de mi cara, pero a pesar de que era un perro pequeño, era fuerte.
-Ummmm... cuando se emociona. Él se hace... pis.
Dejé de todos mis movimientos u tentativamente miré mi... ¡Oh!... Estaba cubierta de pis, ¡odio estas cosas! Inmediatamente comencé a sentir náuseas, el olor a pis atacó mi nariz. No pude manejarlo y tenía miedo a vomitar, así que rápidamente comencé a quitarme la ropa mientras María José me miraba con los ojos muy abiertos.
Cuando quedé en ropa interior, me di cuenta de lo que acababa de hacer. Me giré y ví los ojos de María José vagando por todo mi cuerpo. Me han dicho constantemente chicos y chicas que tengo una figura increíble y parecía que María José pensaba lo mismo, pero yo estaba un poco avergonzada de estar medio desnuda en su casa, así que me cubría con las manos y logré romper una línea de visión. Poché aclaró la garganta con torpeza.
-Um, lo siento, um...
-Pervertida. - Sonreí y ví un rubor en sus mejillas.
-Voy a un, voy a darte un poco de ropa. Supongo que querrás darte una ducha. Te voy a mostrar dónde está. - Dijo mientras me llevaba por las escaleras.
Poché echaba mirado tas hacia atrás mientras sabíamos y, supongo que Mus sujetador no estaba haciendo un buen trabajo al contener mis pechos, porque ví como se mordía el labio. ¡Ha ha!... Bueno... probablemente yo haría lo mismo si Poché estuviera desnuda, así que no fui perversa con ella. Se detuvo junto a una puerta y mantuvo los ojos abajo, el rubor siendo prominente en su cara. ¡Ella era tan adorable!
-Poché no tienes que ser tímida. Yo sólo estaba bromeando acerca de lo de pervertida. - Sonreí. - Recuerda, soy tuya. - Le di un guiño y me fui al cuarto de baño.
- Voy a estar en la planta baja, trajiste pijamas, ¿cierto? Supongo que te puedes poner una. - Dijo mirándome a los ojos, pero pronto se sintieron atraídos por mis pechos de nuevo.-Está bien, nos vemos pronto. - Sonreí y cerré la puerta.
Yo no sé si alabar u odiar a Tiger. Alabarlo por permitirme estar medio desnuda, burlarme de Poché en su propia casa y también tener la oportunidad de oler y usar sus jabones líquidos y champú, u odiarlo por orinar en mí.
Bueno, los pros ganaron claramente a los contras así que me asegurémonos de darle un poco un pico de atención cuando volví abajo. Ví que el piso había sido limpiado y la ropa tomada del lugar, probablemente Poché la había llevado a lavar.
La ví en el sofá con un gran abrigo en su regazo y me senté a su lado para ver la televisión. Me dio el abrigo y en realidad era el mismo que me había dado en el coche, aquella vez que lastimó mi corazón por andar coqueteando con el profesor de educación física.
Lo recibí y sonreí mientras me los puse, asegurandome de inhalar su olor embriagadora y de inmediato sentir un escalofrío por mi espalda.
-Siento lo de ese pequeño mounstruo. - Señaló a Tiger que ahora estaba tratando de sacar el calcetín de uno de mis pies.
-Está bien, todavía es joven así que es de esperar. Lo siento por mi reacción, supongo que es otra de las razones por las que no puedo tener un perro... el olor a pis ¡Oh Dios! Su popo me mataría. - Me reí.
Poché empezó a reírse y me alborotado el cabello, Tiger ladrón. -Aw, ¿mi pequeño hombre está celoso? - María José preguntó en un tono lindo mientras cargaba a Tiger y le dejaba baba por toda su cara.
-Maldita sea, ahora no voy a besarte María José. - Franco mi cara en disgusto.
Cuando se giró hacia mí, tenía las mejillas con un ligero brillo de saliva de Tiger.
-¿Ah sí? - Me desafío y soltó a Tiger para acercarse a mí. Retrocedí, pero se lanzó sobre y me atacó con besos y luego frita sus mejillas en las mías mientras yo gritaba.
Al final las dos estábamos riendo y Tiger sangrado entre nosotras en el sofá. Sonreí, éramos como una linda y pequeña familia.
Nos quedamos allí en el calor de la Sala hasta que empecé a tener hambre, Poché ordenó un poco de comida y nos acurrucamos mientras esperábamos a que llegará.
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Mientras comíamos, decidí hacerle una pregunta al azar.
-¿Qué es lo que te gusta de mí?
María José me Miró y se tomó un tiempo, para pensar pensar supongo. - Me gusta que no tienes miedo de decir lo que piensas, no tienes miedo de tomar riesgos.... Que eres hermosa y de buen corazón... y que eres mía. - Sonrió. - ¿Qué te gusta de mí?
-Estas muy caliente. - Le dijo un guiño y río, pero frunció el ceño en broma por mí respuesta tan corta. - Estoy bromeando, me gusta que eres una persona hermosa por dentro y por fuera, aunque has tenido problemas de confianza, has creído en mí. Eres como la personificación de la perfección ante mis ojos y aunque tienes miedo a cerca de lo que nos de para el futuro...Me haces feliz todos los días.
Una gran sonrisa se formó en su rostro. ¡Me encantó! ¡Y me encanta ese hoyuelo en sus mejillas! Le devolvieron la sonrisa. A veces ni siquiera necesitábamos palabras...Nuestros ojos lo decían todo y ahora... los suyos estaban en llamas, sabía que esta noche iba a ser muy buena....
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Espero que les haya gustado, y si les dejo con la intriga, lo bueno es que solo tienen que esperar hasta mañana. No se olvide de votar y comentar.
Nos leemos,
-Al.