-¡Oh Dios mío! ¡¿Qué demonios fue eso?!- Grité y Maria José se levantó de un salto, con la mano en el corazón y mirándome con la boca abierta...
-¡Yah! ¿Qué te pasa? ¡Fue una hoja que voló a través de la pantalla Daniela!
Ah... ¿una hoja?- Pff lo sabía.- Le contesté, con mi expresión relajada. Ella rodó los ojos y se sentó de nuevo. Agarré una almohada de la cama y la sostuve contra mi pecho, hasta mi nariz, mis ojos apenas se asomaban por un pequeño espacio.
Cuando llegó el susto real, di el salto de la noche, tenía miedo de todo y grité tan fuerte que dejé sola a Maria José. Ella inmediatamente detuvo la película y se sentó frotándose las orejas. Me quedé donde estaba y la observé mientras se daba la vuelta hacia mí, con una gran sonrisa en su linda cara.
-Tú no ves películas de terror ¿cierto?- Dijo apuntándome con su dedo.
Suspiré y sacudí la cabeza.
-¿Estábamos viendo esto porque me gusta?- Preguntó.
Asentí y desvié la mirada. Ella se recostó y me atrajo hacia ella en un abrazo, mi cabeza apoyada en su pecho y podía escuchar los latidos de ese corazón que tanto amo.
-Eso es realmente dulce, gracias.- Dijo mientras acariciaba mi cabello. Era tan reconfortante, es algo que mi madre solía hacer y me encantó.
-No hay problema.- Le contesté, cerrando los ojos ante la sensación de su mano por mis cabellos... tan relajante, entonces se inclinó y besó la coronilla de mi cabeza y apoyó la barbilla en ella.
Nos quedamos así por un tiempo hasta que dejo de abrazarme y se levantó, dejándome confundida y con el corazón herido a consecuencia de se desaparición. Ohmmm... ¡Qué cursi estoy! Se acercó a su maleta, abrió la cremallera y rebuscó por un tiempo hasta que sacó una película romántica tipo comedia.
-Tal vez esta es más tu estilo.
-Poché, yo quiero que veas la peli de terror, estoy bien.
-Muy bien... ¿Estas segura?
-Sí, estoy segura.- Mientras ella me abrace voy a estar bien.
Bueno que puedo decir... me sentía bien... Sí, chillé un poco y salté un poquito también, pero Poché me tenía entre sus brazos... Me hizo sentir como un cachorrito.
-Woah, sí que fue buena.- Asentí y me dio otro besito en la cabeza, se paró de la cama y fue a su maleta.- ¿Puedo usar el baño?- Preguntó. Apenas dijo eso.- Solté una gran carcajada.- ¿Qué?
-Mi maestra me pregunta si puede ir al baño, lo siento. Sentí cosquillas.- Maria José rodó los ojos y le señalé a la suite que tenía en la esquina de mi habitación. Me dio las gracias. Supuse que se iba a poner su pijama. Seguí su ejemplo y empecé a desnudarme. Busque mi pijama y me metí bajo las sábanas.
Después de unos segundos Poché salió del baño. Oh... se veía adorable en esa pijama. Sonreí cuando, se acercó y se acostó a mi lado.
-¿Qué?- Preguntó.
-Te ves linda.- Sonreí y escondí mi rostro sonrojado.
-No me puedes llamar linda, soy mayor. Tú eres linda.- Se rió y me revolvió el pelo.
Nos miramos por un tiempo... Hasta que Poché hablo.
-¿Voy a dormir aquí? ¿O en una habitación libre?
-¿Cómo? ¿Vas a dormir en la habitación de invitados después de esa película?- Le contesté, arrastrándola hacia mí y arropándola con mis cobijas. Ella se rio de mi infantilismo.