Los gritos de Pau hicieron eco en toda la sala del cine... Estaba gimiendo y quejándose a pesar de los muchos rostros de disgusto y hasta de vergüenza. En el momento en que ella comenzó a balancearse hacia atrás y adelante en el regazo del tipo. Maria José y yo decidimos que ya era suficiente y sólo nos levantamos y no fuimos. Amo a Pau... pero caray. Momento equivocado y lugar equivocado. ¡¡Dios!!
-Jesús, estoy humillada.- Le dije con las manos cubriendo mi cara, yo estaba medio riendo y medio mortificada por las obras de Pau.
-Mmm, ¿por qué no vamos a ver otra película bebé? ¿simplemente quieres ir a casa?- Preguntó Maria José.
Miré afuera y el cielo empezaba a oscurecerse. Yo no era aficionada a conducir en la oscuridad, así que le dije que prefería ir a casa. Podíamos ver alguna película allí y para mi sorpresa tenía un poco de hambre.
-Bueno, han pasado sólo unos días desde que empezaste a comer correctamente y ya estás mejorando. Estoy muy orgullosa de ti bebé-. Me guiñó un ojo con una sonrisa.
-Oh cállate, tal vez sólo eres una gran cocinera.- le susurré al oído, íbamos juntas de la mano.
-Bueno, eso era evidente desde el principio.- Bromeó, haciendo que yo la empujara juguetonamente.
-Ya no seré engreída Calle.- Dijo.
- Sólo engreída Garzón.- Le contesté.
-Yah.- Se rió y entramos a mi coche. Yo sólo le di una miradita de complicidad antes de conducir de vuelta a mi casa... nuestra casa.
////////
-Bien, ¿qué te gustaría comer?- Maria José me preguntó mientras curioseaba en la nevera llena gracias a mi papá. Él siempre fue bueno en la compra de alimentos nutritivos y no chatarra como el chocolate o los dulces. Mi mamá hacia eso, pero yo era una niña en ese entonces y amaba todo eso, así que no puedo culparla, aunque estaba un poco gordita.
-¿Qué hay de pizza?- Sonreí.
-No tengo ni idea de cómo hacer masa de pizza Dani.- Poché rió mientras yo sólo la miré con incredulidad. Sólo le estaba tomando el pelo, no tenía ni idea de cómo hacerlo tampoco.
-Entonces te sugiero que vayas a internet y leas una receta.- Le contesté con severidad fingida, a la que ella me respondió rodando los ojos.
Me desaparecí por un tiempo y regresé con mi iPad, entregándolo a Poché para obtener una receta en internet.
-¡Papá!- Lo llamé, él estaba aquí en alguna parte.
-¿Sí?- Gritó de nuevo.
-¿Quieres pizza?
-No gracias nena, estoy por salir pronto.
-¡Muy bien, diviértete!- Sonreí, sabía adónde iba. No me importaba si mi papá iba a citas, en absoluto. Yo no quiero que esté solo una vez me mude de aquí. Es sólo que no quiero otra mujer que finja ser mi madre y trate de tomar su lugar. Me gustaría pensar que podría ser mi amiga pero no una relación madre-hija eso es algo que sólo mi mamá y yo compartimos.
-¿Has encontrado una?- Le pregunté a Poché cuando me acerqué de nuevo.
-Sí, ¿estás lista?- Sonrió.
-¡Oh, no, esto lo vas a hacer tu misma engreída Garzón!- Su sonrisa se convirtió en un ceño fruncido. Una cosita muy linda debo decir.
-Yah.- Ella hizo una mueca. Dios se veía adorable con su pijama y sosteniendo un tazón a la altura de su pecho con esa mirada en su rostro. yo no pude evitar inclinarse y besarla, tomándola por sorpresa sin duda.
Bueno... fuimos un poco más allá después de ese beso, yo no sabía que mis hormonas estaban tan fuertes... y ahora la pobre Poché estaba contra la nevera, una de mis manos al lado de su cabeza, mientras que con la otra estaba tirando de su cintura empujándola contra mí.
Las sacudidas que estaba sintiendo eran una jodida tortura, me hicieron vibrar y temblar al mismo tiempo. Estaba tratando de contenerme de lo que realmente quería hacer. Quería hacer el amor con Poché, pero no lo hice. Me contuve...
Fruncí el ceño cuando traté de alejarme. Era tan condenadamente difícil de hacer. Claro, ella sostenía mi cintura, pero yo podría fácilmente haberme alejado. Sin embargo, la forma en que me besó, la forma en que sus uñas se clavaban en mi cintura, la forma en que el calor irradiaba de su cuerpo, lo hacía parecer tan imposible para mí como escalar el Everest.
-Dani.- Gimió, cuando mi mano tomó su centro a través de sus pantalones vaqueros. Mi mano parecía tener vida propia y estaba frotándome de arriba a abajo sobre el centro de Poché.... sólo necesitaba estar más cerca de ella, pero... también quería alejarme. Mi mente estaba completamente revuelta por esta mujer.
-Dani detente.- dijo entre dientes mientras yo llevaba mi mano que estaba apoyada en la nevera, a sus pechos, haciendo que todo el peso de mi cuerpo cayera en su contra. Sabía que tenía que dejar de besarle y que ella me ayudara un poco, me apartó de la forma más suave posible pero firme.
-Lo siento.- Bajé la cabeza y dolorosamente di unos pasos hacia atrás para distanciarnos, no me atrevía a mirarla en este momento porque podía oírla como respiraba con dificultad y estaba segura de que su pelo estaría desordenado y sexy... algo que yo no sería capaz de resistir.
-Sólo iba a decirte que necesitamos hacer la pizza. Preferiría que comiéramos primero.- Respondió, la palabra 'primero' le sonó bastante ronca y me dejo saber que le había afectado al igual que yo.
No pude evitar reírme de lo que dijo. Estaba pensando que diría 'es demasiado pronto' o ' no estamos listas', pero ella salió con 'tenemos que hacer la pizza primero'. Fue muy divertido para mí.
Maria José sólo se burlaba y pasó por delante de mí buscando una bandeja para pizza en la alacena. Probablemente estaba pensando que yo era infantil, así que rodé mis ojos y fui tras ella, abrazándola por detrás.
-Vamos.- Sonrió, y se dio la vuelta cuando la solté, aparentemente olvidando nuestra sesión de besos apasionados.- Vamos a hacer esto.
Todo lo que sabía era que mi mente no estaba en hacer pizza en ese momento, ella llevaba una camiseta de tirantes anchos que cubrían un poco sus pechos. ¿Desde cuándo Daniela Calle se convirtió en una pervertida? La vi pasando delante de mí y sus caderas balanceándose sin querer. Causando que mi corazón latiera como loco y unas punzadas en el interior de mis bragas.
Maria José, ¿qué has hecho conmigo?
*************************************
Y ya solo quedan cinco capítulos más para terminar esta magnífica historia, espero que les haya gustado todo el recorrido y espero que les guste lo que queda.
No olviden de votar y comentar.
Nos leemos,
-Al.