Ustedes pueden estar pensando, ¿por qué le dijiste que se pusiera un sujetador? Pues desde que sentí esos abdominales, me he sorprendido a mí misma pensando en cómo se ejercitaba Maria José en la cárcel, al parecer con demasiada frecuencia, y que será más cómodo para ella llevar un sostén para lo que yo quiero que haga.
Volví a mi asiento, que daba de frente a las escaleras y apoyé mi cabeza en mis manos mientras esperaba. Bajé la mirada un poco hacia mi comida, dándole un gruñido y que entonces cuando oí un crujido. Miré, y mi aliento quedó atrapado en mi garganta.
Maria José estaba bajando las escaleras, sólo con sujetador y pantalones cortos. ¡Mierda! Sus músculos eran más que... wow. Ni siquiera puedo explicarlo, su cuerpo era tan jodidamente perfecto, era increíble. Su cuerpo siempre fue bueno, pero nunca tan tonificado y sus abs nunca tan prominentes. Ella se rió de mi expresión facial y se puso al lado de su silla mientras mis ojos recorrían todo su cuerpo.
-Ahora yo quiero...
-No no, come primero.- Sonrió y se sentó, ocultando su estómago, pero mostrando sus brazos tonificados. A la mierda mi vida.
Me tragué el siguiente bocado e inmediatamente volví donde lo dejé.
-Ejercítate.- Me atraganté.
Ella levantó la ceja, pero se levantó con una sonrisa y se puso a hacer abdominales, perdí la cuenta de cuántos hizo, pero después terminó y comenzó a hacer flexiones. Tenía un brillo muy ligero de sudor, no lo suficiente para mi gusto, así que decidí subir el calentamiento y me deslicé por debajo de su cuerpo, así que ahora estaba haciendo flexiones por encima de mí.
Tuvo que detenerse por un momento porque no podía dejar de reír, pero una vez que se calmó, continuó. Le di una sonrisa mientras me miraba, pero entonces mis ojos se fueron centrando en sus pechos que estaban balanceándose por sus movimientos.
-Pervertida.- Ella sonrió y cada vez que hacía una flexión me besaba, ¡Me encantó eso! Después de unos minutos su respiración se estaba volviendo más pesada debido al cansancio y unas gotas de sudor corrían por su cuello, desapareciendo en sujetador. Me mordí el labio cuando su pulso se hizo más lento y cuando sus brazos se hicieron inestables, era sólo cuestión de tiempo antes de que ella... ah ahí está.
Apoyó su cuerpo sobre mí. Bueno, más bien se derrumbó sobre mí, jadeando y con la cabeza en mi pecho. Pasé mi mano por su cabello y me incliné para besar su cabeza.- Eres tan caliente.- Le dije.
-¿En ambas formas?- Preguntó, se rió y se arrastró un poco, pero todavía estaba todo su peso sobre mí.
-En ambas formas.- Estuve de acuerdo.
Ella se rió y se levantó de mí. Contuve un gemido, yo no quería que se fuera todavía, pero la seguí de mala gana de nuevo a la mesa. Las dos nos sentamos y me pregunté qué le diría que hiciera a continuación.
Tomé un trozo de mi comida mientras yo pensaba, mis ojos aún arrastrados alrededor de su cuerpo sin importarme que ella me estaba viento. Tragué con una mueca de dolor y puse mi cabeza en mis manos mientras mis ojos se encontraron con los suyos.
-Ven aquí.- Le dije sonriendo, ella cumplió y se sentó en mi regazo. Separé su cabello sobre su hombro y empecé a masajear, liberándola de los nudos que se acumularon después de su entrenamiento sudoroso.
Estudié cada parte de su cara ya que estaba tan cerca. Tenía los brazos a cada lado de mi cabeza, sosteniéndose de la silla mientras que las mías abrazaban su cintura, atrapándola allí. Sé que he dicho esto antes... pero no necesitaba palabras, aunque había algo que quería decirle verbalmente.
-Estoy muy feliz.- Les dije, sin saber el efecto que mis palabras tendían en ella. Comenzó a llorar, tratando de levantarse y ocultar su rostro de mí, pero yo no se lo permití.- Tú me estás sanando Poché, fue difícil vivir sin ti todos esos meses y traté de odiarte por todo lo que me hiciste pasar...
-Dani lo sien....
La corté con un beso en los labios.- Shhhh. Traté de odiarte por todo lo que me hiciste pasar, pero no pude... todo ese tiempo sólo pensaba en mí misma y no en lo que te había pasado. Perdiste tu trabajo, tu perro, tu novia, tu casa, tu coche y tu libertad. Debe haber sido absolutamente aterrador...
Sequé mis lágrimas que caían de solo pensar en su sufrimiento.
-Siento mucho que tuvieras que pasar por todo eso...
-Dani yo...
-Déjame terminar ¿bien?- Sonreí y picoteé su nariz. Ella asintió.- Y luego volviste a mi vida y te rechacé... ojalá nunca hubiera hecho eso, porque a partir de ese día cuando te vi de nuevo, no pude sacarte de mi cabeza. Lo intenté todo, pero nada funcionó... y entonces pensé, es Maria José Garzón, la chica que dejó todo por mí...
Tomé una respiración profunda y reanudé.
-Sólo quiero decir que mi corazón se había roto severamente, y yo no creía que fuera posible que tú pudieras arreglarlo. Sin embargo aquí estás administrandolo bien. No me siento deprimida ya Poché y en realidad me da hable ahora... me estás librando de mis enfermedades, así como la fijación de mi corazón, ¿eres un ángel o algo así?- Me reí. Ella también lo hizo y se secó los ojos.
Me incliné y capturé sus labios. No fue feroz ni tímido, sólo... lleno de mis sentimientos, mis miedos, mis preocupaciones. Vertí todo en ese beso que ella pronto profundizó introduciendo su lengua. Acepté con gusto y dejé escapar una sonrisa. Cuando su lengua golpeó mis dientes, se dio cuenta y sonrió demasiado antes de envolver un brazo alrededor de mi cuello tirando de mí aún más cerca.
Mis manos acariciaban de arriba a abajo su cintura, esa jodida cintura sexy que estaba cubierta de piel de gallina. Mis pulgares recorrían por una de sus costillas, cubiertas de músculo en comparación con las mías que tenía poco. Pero en este momento no me importaba pensar en mi cuerpo... Yo tenía a Maria José en mi regazo y eso era todo lo que importaba.
Ella tiró de mi pelo y eso nunca dejaba de excitarme, jadeé apartándome y ella llevó sus besos por mi sensible garganta mientras yo le daba más espacio en ella.
-Ya hiciste tu marca, ahora tengo que hacer la mía.
Agarró un pedazo de piel entre sus dientes y empezó a chupar duro y rápido. Clavé mis uñas en su espalda. Dios, era alucinante... ella había decidido morder el lugar, en vez de poner su chupetón. Temblé, cuando ella me mordió con fuerza aunque eso sólo añadió más placer. Mi centro estaba palpitando, apretando y aflojando. La necesitaba tanto ahora.
Cuando por fin se apartó, me quedé sin aliento y ella solo miraba mi pecho que subía y bajaba esperando a que me recuperara. Una vez lo hice, tenía una cosa más que decirle, después de un latido furioso de mi corazón que aclaró todas mis sospechas.
-Eres tan especial para mí, yo no sabía que podía sentirme de esta manera otra vez, pero aquí estoy... completamente enamorada de ti Poche.- Sus ojos se abrieron, como si nunca hubiera esperado oír esas palabras de mis labios después de todo lo ocurrido.- Así es, yo te amo y nunca te voy a perder de nuevo.
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Bueno, ya solo quedan tres capítulos más y esto ya se esta poniendo muy feliz, y en su momento a mí me alegró muchísimo, llegando a casi gritar en la madrugada XD.
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Nos leemos,
-Al.