Capítulo 1 : Aliviar las penas.

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— No podría amarte más después de esto —asegura Mamá —Dios, tengo celos de ti, ojalá tu padre hubiese sido de igual de bueno conmigo

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— No podría amarte más después de esto —asegura Mamá —Dios, tengo celos de ti, ojalá tu padre hubiese sido de igual de bueno conmigo.

— ¿Qué acaso no lo fue? —me mofo terminando de envolver el regalo.

Mama tuerce el gesto y suspira.

— Me destruyo en todos los sentidos antes de morir —alega, encogiéndose de hombros —Ya sabes la historia, alguien enamorado es alguien ciego...

— Crees que todo es amor —termino por ella al saber a la perfección su dicho —¡Listo! —finalizo, sintiendo la adrenalina viajar por mis venas.

Doy dos pasos atrás admirando el implacable envoltorio el cual contenía dos boletos de primera clase hacia Las Vegas.

— Sé que siempre ha sido su sueño, nada podría salir más hoy —me sincero con la emoción plasmada en el tono de voz.

Tres años de relación con la persona que amo, la vida parecía sonreírme en colores.

— ¿Te ha contactado? ¿Alguna felicitación o algo? —inquiere mamá, llevándose la copa de vino a los labios.

Mi mirada viaja desde el regalo a mamá en cuestión de microsegundos. Esta solo hace ver mi mirada despectiva.

— ¡Madeleine Jones, no críe una chica que se arrastra por un solo chico! —reprocha esta, dejando la copa sobre la barra de la cocina, para luego cruzarse de brazos.

— Josephine, usted crio una hija que se conforma con un pene y un dildo —me apresuro a decir, dando media vuelta para encaminarme hacia el interior del salón que quedaba Justo a un lado de la cocina.

— ¡Hoy cumplen tres años y ni siquiera te ha llamado, chica! Son las seis de la tarde ¿qué estás pesando? —agrega, mama.

Tomo mi cartera y la cuelgo al hombro, antes de recoger las llaves del auto y encarar a mamá.

— ¿Me ayudaste a envolverle el regalo y hasta ahora me dices esto? —escupo con gracia. Me aproximo a la mesa y tomo el regalo entre manos.

Mama cruza las piernas y se encoge de hombros con una mueca.

— A tus veinticinco años de edad pensé que serías más inteligente —murmura, por lo bajo —También pensé que el simio te había felicitado.

— Lo que me gasto en familia, nunca se ha olvidado de un aniversario y cuando suele tardar es porque planea algo —bufo, alejándome del comedor y deslizándome con prisa por el pasillo principal —Volveré después de media noche —anunció, echándome un rápido vistazo en el espejo de pared.

Un adecuado vestido negro ajustaba mi cuerpo a la perfección, mi pálida piel y oscuros ojos daban el toque que tan solo yo sabía dar.

Ni siquiera necesitaba maquillaje para verme perfecta.

DESTRUCCIÓN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora