Continuación...
Aveces simplemente deseaba dejar de sentir.
Proseguimos con nuestro camino por lo que parecieron horas, el cielo comenzaba a oscurecer mínimamente y aquello solo podía indicarme una cosa, estaba a nada de llover.
No se en que punto la brisa incremento hasta el punto en que el cualquier descuido nuestro cuerpo de igual forma era movido por esta.
Mi cuerpo tembló haciendo que me acurrucase más contra la chaqueta.
Las hojas y ramas de los árboles chocaron entre sí y llegó un punto en el cual parecían aullar por si mismas causándome una sensación aterradora en el pecho.
El bosque no parecía tener fin mientras nosotros nos limitábamos a seguir derecho todo el tiempo sin desviar nuestro camino.
Aún no encontrábamos ni una puerta cercana a la mansión y el clima comenzaba a ponerse en nuestra contra.
Todo oscureció entre nuestros senderos y a pesar del pasar de las horas nosotros seguíamos sin dirigirnos las palabras el uno al otro.
El lodo bajo nuestras pisadas se hizo más espeso, más pegajoso y molesto haciendo que pisada tras pisada se escuchase de manera notoria aunque en gran parte fuese cubierta por el aullido del viento.
Mis oídos se taparon y mis labios se secaron repentinamente haciéndome entender que a lo mejor habíamos ganado altura en las montañas.
Maldita sea.
Este viaje se volvía un infierno que estaba dispuesto a afrontar.
Seguimos caminando sin novedad, mi mirada viajo a todos lados en busca de aquella puerta, que a pesar de que hoy no fuésemos a entrar, el localizar una o dos sería de conveniencia y si no estaban protegidas, lo teníamos hecho.
Mis pies se deslizaron hasta que el ardor comenzó a carcomerme los talones y así continuamos hasta el terrorífico momento en que Josephine se detuvo abruptamente y en seco provocando que yo estuviese a nada de tropezarme.
¿Que coños?
Mi mirada se dirigió a esta a una velocidad inhumana encontrándome con un rostro desfigurado y consumió por algo más oscuro y salvaje que el terror o miedo.
— ¿Que diablos? —siseo por lo bajo antes de llevarme las manos al pecho al cual latía descontrolado.
Una ráfaga de viento nos azoto con fuerza haciendo que su pelo se revolotease por los aires para luego caer nuevamente sobre sus hombres dejándome apreciar su costado.
— Josephine... —susurró tragando en seco con dureza mientras me aproximó hacia esta para poder apreciar su rostro por completo y una vez lo hago...
Una vez me posiciono a su lado y tomo su helada mano entre la mía, reaccionó.
Su rostro había palideció, de pronto se sentía más fría de lo normal y sus ojos parecían haberse salido de orbita mientras las lágrimas comenzaba a cegarla.
Sus labios entreabiertos temblaron en cuanto inconscientemente dio un paso hacia adelante negando con la cabeza.
Su mirada estaba atónita e inexpresiva.
Su rostro encarnaba el terror puro y angustia inhumana. Un quejido se escapó de entre sus labios y su cuerpo se encorvó pareciendo perder fuerza, pero yo estuve paralizado para siquiera tratar de sostenerla.
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DESTRUCCIÓN +18
Romansa"Quiero cortarte de mis sueños." No había límite que se interpusiera entre él y yo. Yo fui capaz de amarte y lo hice. Fuiste capaz de destruirme y lo hiciste. Una obsesión disfrazada de amor ante mis ojos. - No de alguien como yo, se que hacer pa...