Capítulo 23 : The heart wants what it wants.

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Próximo destino

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Próximo destino.

Las Vegas.

Nuevamente Las Vegas.

Cierro el maletero de golpe tratando de contener los temblores que consumían mi cuerpo.

¿Cómo habíamos llegado a esto en cuestión de horas?

De disfrutar un concierto a lo máximo a tener que volver a Las Vegas por una deuda a muerte que una mafia se traía con Thomas.

No pudo haber sido más estúpido.

Thomas destruyó cualquier posible alternativa y aun así en lo más profundo de mi alma, me era incapaz el condenarle por lo sucedido.

Sin más estaba exhausta. Mi cuerpo dolía y mi corazón de igual manera, pero este parecía superar el dolor físico por mucho.

Ojalá tuviese fuerzas de poner resistencia contra Thomas, pero mi corazón latía por él sin importar que.

El corazón quería lo que quería.

Doy media vuelta apoyando mi cadera el maletero mientras recorro con mis manos mi pálido y blando rostro.

Sin duda había tenido una noche pésima.

No había descansado en lo absoluto entre pensamiento y pensamiento, en mi cabeza conté las horas hasta este momento temiéndole.

No quería ir allí, pero tenía que.

Alguien que quería estaba en juego.

— Pareces haber visto un fantasma... —murmuran en la lejanía causándome un ligero impacto que gracias a Dios no logro reflejarse en mi cuerpo.

Los escalofríos me recorrieron en cuanto por fin pude escuchar su voz con claridad después de horas.

El único recuerdo que mantenía mi cabeza de él eran agonizantes gritos y sollozos mientras con tortura explicaba lo que sucedía.

Ensangrentado en el suelo alrededor de mil y un cristales destrozados.

Cuando creí no poder verle más destrozada que en la playa aquella vez en Las Vegas, entonces estaba equivocada.

— Thomas... —balbuceo por lo bajo con la mirada clavada en el piso.

Aun así sentía la suya sobre mí y sin ninguna intención de retirarla, pero me era difícil ahora poder verle.

A pesar de que mi corazón latiese desesperadamente por él y mis únicos deseos fuesen abalanzarme contra su cuerpo y abrazarle hasta morir en sus brazos.

¿Debería poner resistencia?

— Aun lo quisieras, no puedes hacerlo. —sentencia haciéndome sentir horrorizada a los pocos segundos.

Hablé en voz alta.

— Mierda. —Maldigo chasqueando la lengua mientras con mucho pesar elevó la mirada hacia él.

DESTRUCCIÓN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora