Dolía.
La respiración me desapareció por segundos antes de que de manera contenida y discreta, dejase escapar uno que otro suspiro.
Los golpes proporcionados a mi cuerpo por haberme movido tan solo un centímetro fueron bestiales.
No me importaba si llegaba a desmayarme en el intento, no quería que volviesen a golpearme.
Esas dos miradas que yacían sobre mí eran suficiente para derrumbarme aún no los conociese de nada.
Definitivamente, se sentían mejor que cualquier otra, preferirá la mirada de dos extraños sobre mí que únicamente me venían como un objeto novedoso que la vacía y burlesca mirada de Thomas o la confusa de André.
Un frío repentino me calo hasta los huesos obligándome a mi misma a morderme la lengua pasa evitar tiritar con una adrenalina eléctrica.
Estaba cansada.
Quería que me tirasen de vuelta a mi habitación y me dejasen cerrar los ojos hasta una nueva visita.
El dolor en los últimos días se había normalizado tanto que no sentirlo se me hacía extraño.
Me habían destrozado porque mi yo del pasado nunca se hubiese dado por vencido.
Pero justo ahora yo solo podía pensar en acabar mi sufrimiento de una manera u otra.
Acabar con el amor que aún seguía sintiendo por Thomas.
El deseo que se deslizaba entre mis venas por André.
¿Qué sentía realmente? Mis sentimientos eran tan confusos, sin embargo, algo era claro, estaba agotada de sufrir.
Ni siquiera tenía la cuenta de cómo pasaban los días aquí. Puede que incluso tan nada más transcurriesen pocas horas y yo lo sintiese como años.
Lo único que me mantenía conectada a la realidad era ver como el día decaía a través de la ventana dando paso a una friolenta noche.
Pocas veces salía de allí, pocas veces me movía de la cama y gracias a las amenazas de Thomas llegaba a tocar una porción de la comida que me proporcionaban.
Este solamente pasaba una vez al día, apenas salía el sol. A veces dudaba de que me encontrase en mis cabales, a lo mejor estaba drogada y deseaba creer eso.
El hombre que ingresaba en aquella habitación no era Thomas y me esforzaba en considerarlo.
¿Y si él era el amenazado? ¿Y si actuaba así porque en realidad el sí era un verdadero Miller y Vladímir le tenía amenazado de por vida como a toda su familia?
Cualquier excusa para justificarle se cruzaba por mi cabeza en cuanto me obligaba a comer.
¿Aún se preocuparía por mí?
ESTÁS LEYENDO
DESTRUCCIÓN +18
Romance"Quiero cortarte de mis sueños." No había límite que se interpusiera entre él y yo. Yo fui capaz de amarte y lo hice. Fuiste capaz de destruirme y lo hiciste. Una obsesión disfrazada de amor ante mis ojos. - No de alguien como yo, se que hacer pa...