— Me has traído a la playa. —manifiesto, cerrando la puerta a mis espaldas.
— Supongo es lo que anhelan algunas chicas. Que su príncipe las saque en plena madrugada a platicar a la playa —se mofa, llegando a mi lado a paso lento.
Pongo los ojos en blanco y niego, lanzando la mirada al horizonte.
— El lugar más cliché de todos —murmuró y Thomas ríe.
— En mi caso —prosigue —Te he sacado de tu casa en plena madrugada para traerte a la playa y follarte sobre la arena y hacer que grites mi nombre hasta el amanecer —se sincera.
Bufo y desvío la mirada hacia Thomas, observando su perfilado y sumido perfil.
— En tus más profundos sueños, Miller —siseo, sintiendo el poder correr por mis venas.
— ¿Podrías convertirte en mis más profundos sueños, Jones? —inquiere, torciendo los labios.
— ¡¿Qué Te ha vuelto tan romántico?!
— Los analgésicos me tienen drogado —explica, respirando hondo.
Enarcó las cejas y vuelvo mi mirada hacia el extenso paisaje frente a nosotros.
— Debía ser —murmuró, mordiéndome el labio inferior. Viendo como volvemos a hundirnos en un cómodo y extraño silencio.
La atmósfera se sentía oscura, aun así todo se volvía más cálido a su lado.
La brisa azotaba contra nuestros rostros y pieles de manera sutil. Las olas chocaban él una con las otras más allá Del Mar, mientras que el calor y hormigueo de la arena se enterraba entre los dedos de nuestros pies descalzos.
Las estrellas decorando el horizonte y una gigantesca media luna sobre nuestras cabezas iluminando nuestros caminos.
Este era el tipo de escenario que quisieras vivir con la persona que amas a tu lado, en mi caso desconozco con quien estoy tratando más allá de brindarme un placer que parece permanecer solo en lo físico.
Y es una lástima.
— Venga —murmura, deslizándose hacia la orilla —Vamos.
Sonrió de lado y doy un rápido vistazo al auto el cual se encontraba metido de lleno en la arena de una forma no muy legal.
— ¿No deberíamos moverlo? —inquiero, señalándolo y dando torpes pasos hacia adelante.
Thomas desvía la mirada de manera fugaz y vuelve al frente en encogiéndose de hombros.
— Si nadie no lo ve, entonces nada está mal —manifiesta, esbozando una sonrisa ladeada.
Me muerdo la lengua evitando sonreír más de lo debido teniéndole enfrente.
Thomas tenía un don único de hacer lo que le placiese, que las cosas saliesen a su gusto y nadie dijese nada ante ello.
— Anhelo ver el día que en de verdad te metan entre rejas, Thomas Miller.
ESTÁS LEYENDO
DESTRUCCIÓN +18
Romance"Quiero cortarte de mis sueños." No había límite que se interpusiera entre él y yo. Yo fui capaz de amarte y lo hice. Fuiste capaz de destruirme y lo hiciste. Una obsesión disfrazada de amor ante mis ojos. - No de alguien como yo, se que hacer pa...