"Quiero cortarte de mis sueños."
No había límite que se interpusiera entre él y yo.
Yo fui capaz de amarte y lo hice.
Fuiste capaz de destruirme y lo hiciste.
Una obsesión disfrazada de amor ante mis ojos.
- No de alguien como yo, se que hacer pa...
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Los días se volvían un infierno aquí.
¿Cuánto tiempo había pasado?
Mi noción del tiempo se mantenía cuerda gracias al sol y la luna, cuya dos cosas podía apreciar a través de la ventana más, sin embargo, no podía determinar cuántos días me pasaban de largo.
¿Una semana o dos? No me sorprendería que ya hubiesen transcurrido meses.
Mis emociones se habían apagado hasta el punto en que cuando yo misma escuchaba mi voz, me extrañaba al hacerlo.
¿Quién era la persona que habitaba mi cuerpo?
¿A dónde había ido Madeleine Jones?
Ellos intentaban romper mis paredes y lo estaban logrando.
Observe a través de la ventana con una mirada clínica todo lo que sucedía en el exterior.
Eran como animales enjaulados solo que ellos creían que no se privaban de nada.
Me encogí tal cual bolita en una esquina de la ventana como casi siempre lo hacía.
Con los brazos alrededor de mis piernas y mi cabeza enterrada entre estas deseando así poder desaparecer de mi irreal realidad.
Pasar tanto tiempo de aquella forma me hizo darme cuenta de alguna cosas, como por ejemplo el cristal que cubría el ventanal de hierro por fuera, también que el hierro en realidad no estaba sujeto por completo a la pared, era una mini puerta de hierro cerrada con dos candados del lado izquierdo.
Podía abrirse...
Pero aún intentase abrirlo el cristal lo impediría.
Además, romper aquellos candados sería una tarea más allá de imposible y mis ganas de hacer algo al respecto con lo que me sucedía parecían haber desaparecido.
Aquello era rutina, mi cuerpo optó por aquella postura casi de manera automática. Si no estaba de aquella manera, pues estaba a las afueras de la habitación siendo golpeada u obligada a comer cantidades de comida excesivas y funcionaba, porque comenzaba a subir de peso a pesar de que en realidad por dentro estaba muriendo.
Llorar no servía de nada, gritar tampoco, intentar escapar mucho menos.
Thomas no me amaba.
¿Cómo era posible que cada vez que le viese desease algo más a pesar de que estoy aterrorizada?
Aterrorizada de él.
Aquello solo me hacía asquearme aún más, yo misma me causaba rechazo.
Deje de confiar en André en el momento en el que los días me pasaron de largo y yo aún me vi encerrada aquí.
¿Mi familia sabría de esto?
¿Los habrían matado? De ser así entonces deseaba morir también.
