Capítulo 8 : Si me dejas no vale.

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Capítulo largo

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Capítulo largo.
Puedes acomodarte y disfrutar por un largo rato.😉

— No creo poder ingerir otro litro de alcohol en mucho tiempo —me quejo, tomando de mi batida, mientras masajeo mi cien.

Gastón bufa y pone los ojos en blanco mientras me plantea el hombro.

— Eso dices ahora —asegura, guiándome un ojo.

— Por primera vez puedo estar de acuerdo con la molestia de Gastón —concuerda, Odette con una sonrisa amable.

Oh vamos, que eso era de todo menos amable.

— No sé aún como puedo tenerte de amiga —se queja, Gastón, atragantándose con la ensalada.

— Oh Dios —me mofo, desviando la vista hacia las tiendas a nuestro alrededor.

— ¿Sabes masticar? —le pregunta, Odette y aquel es el iniciativo Perfecto para una pelea que no parece tener fin.

Sonrió divertido mientras me mantengo ajena a la pequeña discusión que comienzan entre ellos. Limitándome a observar a las personas pasar de aquí para allá y entrar y salir de las tiendas.

El día de ayer y parte de la madrugada había transcurrido de fiesta en fiesta, fue una total locura. Ni siquiera recuerdo el cómo llegué a casa.

El nivel de ebriedad que lleve encima me hizo olvidar la mayoría de lo sucedido, pero algo tenía en claro y es lo mucho que me desvanecí ayer.

Parte del miedo desapareció con ello y ameritaba en gran parte a Thomas, el cual parecía no temerle a nada ni a nadie.

Tan solo el puto Thomas Miller viviendo sin frenos y yo a su lado, dispuesta a no detenerme hasta que vea las advertencias sobrepasar mi cabeza. Si es que él me permite verlas.

Una vez mis ojos se abrieron de par en par y analizaron el hecho de que al menos me encontraba viva y en un lugar conocido, tuve que recurrir a manos ayudantes para refrescarme la memoria.

Y quien mejor que Gastón y Odette o mejor conocidos como la máquina de sexo callejera y la aliada amante a las carreras ilegales de caballos.

Sonrió abiertamente y con una pizca de burla por mis propios y absurdos pensamientos.

Decidimos quedar en un centro comercial y platicar para aclararnos sobre lo sucedido la noche anterior. En resumen ellos tampoco recordaban ni mierda.

La intriga de lo que hubiese pasado ayer se quedaría tal cual.

— ¿Alguna vez han ido a Las Vegas? —escupo de golpe, si saber muy bien de donde me vino preguntar aquello.

Desvío la mirada de todo a mi alrededor y la clavo en ellos.

Gastón frunce el ceño confuso ante mi repentina pregunta y se da media vuelta hasta quedar de frente a mí.

— ¿Nos ves cara de millonarios, Jones? —inquiere, chasqueando los dedos.

DESTRUCCIÓN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora