Capítulo 27 parte II

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Diablos

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Diablos.

Una tos seca se escapó de entre mis labios haciéndome sentir viva.

¿Sigo con vida?

¿Qué coños ha pasado?

Parte mi cuerpo no recupero su sensibilidad. Pero la sensación de dolor alrededor de mis caderas y muñecas me hizo saber lo incómoda que me encontraba.

Me sentí a mi misma pesada, algo dolía, sin embargo, no sabía exactamente donde o que.

Aunque mi cuerpo no se moviese y los sentidos no fluyesen del todo. Los sentimientos de miedo y terror no aguardaron para envolver mi corazón y mente.

Entreabrí los labios dejando escapar un agotador jadeo en cuanto mi cabeza palpito con fuerza, tal cual un martillazo.

Las ganas de llorar me invadieron en cuanto el dolor alrededor de mis muñecas me hizo darme cuenta de algo.

Del metal frío que las rodeada y su figura circular.

Estaba esposada.

Mis manos estaban sujetas a mis espaldas sujetas y esposadas a la silla de metal.

Mis brazos dolieron ante tan posición y aquello solo me hizo darme cuenta de que a lo mejor llevaba horas en aquella forma.

Sentada y con las manos esposadas a mis espaldas.

El alma se me salió del cuerpo en cuanto las ideas chocaron contra mi cabeza.

La desesperación y agonía me invadió. En aquel momento, desee poder tener control y sentir la otra mitad de mi cuerpo.

Apreté los párpados con fuerza en cuanto estos se empañaron, la incomodidad que me causó aquello hizo que mis ojos se abriesen de golpe y las lágrimas se disparasen por si solas a través de mis mejillas.

Todo se visualizó negro y borroso en primera estancia, pero tras algunos segundos lo que con mucha dificultad pude apreciar hizo que mi cuerpo se enterrase una y mil veces en un estado de shock.

— No... —agonizo sintiendo ganas de vomitar.

Trague en seco reprimiendo las arcadas que azotaban mi estómago y garganta.

Mi cuerpo continuo dormido, sin embargo, la manera en aquel escenario abatió contra mí, hizo que tres de mis sentidos se activasen de golpe.

— Dios, por... —balbuceo agitándome con dos simples palabras. —Por favor...

No pude haber caído tan fácil.

No pudieron haberme atrapado tan fácilmente.

¿Estaba entre las manos de Vladímir?

Me vi a misma sentada sobre una silla de metal. Las manos atadas a mis espaldas y con medio cuerpo dormido.

Me habían drogado.

DESTRUCCIÓN +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora