Ex Novio 🌼 YM

El Lago de Los Cisnes

—Jimin-ah. —Escuchó apenas descolgó la llamada. Había estado ignorando el sonido del aparato durante toda la mañana al nombrar la pantalla un número desconocido pero al sonar por séptima vez, creyó, podría tratarse de algo realmente serio o importante. No reconoció la voz al instante, las llamadas suelen distorsionar el sonido y aunque parecía conocido no pudo identificar de quién se trataba. —¿Cómo estás? Pedí tu número a Yoongi, espero no te moleste. —Agregó el momentáneamente desconocido al no recibir respuesta inmediata de Jimin.

—Uh, no, está bien. —Fingió no encontrarse ligeramente incómodo, de cualquier forma la mención del pelinegro le hizo sentir fuera de peligro y hasta un poco culpable por no sonar lo suficientemente amigable. —¿Qué sucede?

—Verás, voy a regresar a Seúl y me gustaría que nos reuniéramos todos para celebrarlo.

Jimin revolvió los papeles en su mesa, había llenado solicitudes de empleo pues aunque le gustaba la academia, esta no podría mantener el departamento y gastos mensuales a los que Jimin estaba acostumbrado.

Maldijo al teatro entre dientes antes de calar del cigarrillo que encendió apenas la llamada comenzó, la cuál, por cierto, pasó a segundo plano y aunque era consiente de que el contrario seguía charlando en una especie de monólogo, él se encontraba completamente desconectado.

Suspiró agotado al percatarse que había sido suerte que le contrataran apenas terminada su pasantía en aquel entonces pues de todos los currículum que envió al iniciar la semana ninguno fue contestado hasta el momento y eso le tenía tenso.

—¿Regresar a Seúl? Ah, Namjoon-hyung. —Murmuró cuando se concentró nuevamente en la llamada y los cables se unieron después de lograr procesar las pocas claras palabras que se filtraron en sus oídos.

—Qué cruel... —Dijo el mayor con cierta gracia.

—Lo siento, he estado un poco ausente. —Fue sincero. —Agradezco la invitación pero... No creo que a Hoseok-hyung...

—Ya hablé con ellos. —Interrumpió apenas escuchó la misma excusa que Yoongi usó.—  Me refiero a Hobi y Taehyung. Mencioné la idea de que fuésemos los siete y se hicieron prometer mutuamente que no habría comentarios fuera de lugar. —Chasqueó la lengua contra su paladar y el sonido pudo traspasar hasta el contrario.

La línea se quedó en silencio, Namjoon supo por la forma en la que Jimin permaneció callado que le había acorralado en una situación en la que preferiría no estar y aunque quiso sentirse mal por eso, estaba muy decidido a ver a sus amigos reunidos una vez más.

—¿Piénsalo, si? Será divertido. Jin-hyung dijo que podíamos usar la cabaña de su familia, como en los viejos tiempos, eh.

Jimin abrazó sus piernas dejando que el teléfono se detuviera por si solo al presionarlo contra su rodilla y oreja, la silla en la que estaba era incómoda pero la posición no. Miró a su alrededor tanto como pudo, los pocos libros que conservaba acomodados en una repisa alta, el pequeño par de cactus que adoptó hace un año adornaban su televisor. Logró vislumbrar a Curry acostado en el sillón observándole con las orejas en alto.

Aquella extraña tranquilidad le hizo sentir ansioso y un poco solitario.

—Está bien, lo pensaré. —Dijo finalmente con el atisbo de una sonrisa queriendo estirar sus labios.

—Gracias, Minnie. —Supo que Namjoon también sonreía aunque no pudo verle, el recuerdo de sus hoyuelos mostrándose y el apodo cariñoso le animaron a completar la suya y tímidamente sus dientes delanteros se dejaron ver. —Agenda mi número y envíame un Kakao cuando te decidas.