Mermelada

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Le estaba costando demasiado trabajo asimilarlo, constantemente se sentía vigilado, en peligro, incluso cuando salía de su departamento a sacar la basura o recoger la correspondencia en la recepción. Los ruidos de los gatos callejeros detrás de los contenedores buscando qué comer le habían sacado un par sustos enormes en días pasados.

Había sombras por todas partes, en las paredes, en el suelo, ruidos de pasos persiguiéndole con el mismo ritmo que se quedó grabado en su mente después de que su agresor se retirara del baño con él; no podía evitar mirar su reflejo en todos los vidrios por los que pasaba con el fin de descubrir quién iba detrás de él, aunque en su mayoría de veces se encontraba solo.

Hacer las compras para su departamento parecía una misión completamente arriesgada, era lo más lejos que había salido de casa después del asalto. No se había atrevido a más, se limitaba a sacar a pasear a Curry un par de minutos en los jardines de los alrededores y regresar nuevamente cuando los nervios y la paranoia se apoderaban de él. Cosa que pasó en el momento que caminó más allá de la mitad del trayecto para llegar al supermercado, estuvo a punto de dar media vuelta y regresar, llamaría a Taehyung cuando este volviera de su viaje a Daegu y entonces le pediría que... —"Daegu"— Pensó creyendo que quizá podría intentarlo.

Se sentía con suerte por toparse con un teléfono público segundos después de caminar recto. Usó su tarjeta de pre pago con la cara de su idol favorito - la cuál, debía presumir, le había costado una larga pelea con otra chica- para llamar al número que esperó recordar correctamente. Cuando el tercer tono llegó sin respuesta fue perdiendo la esperanza poco a poco regañándose a sí mismo por estar haciendo aquello. No tenía derecho de molestarlo, no ahora. Estuvo intentando autoengañarse buscando excusas para llamarlo los días anteriores pero ninguna le había convencido lo suficiente, incluso la razón por la que lo hacía ahora le parecía un poco tonta si lo pensaba lo suficiente, había actuado sin imaginar cómo respondería.

—¿Hola?— Jimin pudo notar un poco de temor en su voz pero se rehusó a culparse al sentirse egoísta de creer que era por él. No quería pensar que el mayor se había quedado con una mala experiencia al descolgar las llamadas y atenderlas por lo que le había hecho pasar, no quería, no, pero era lo que sentía al conocerle y recordar algunos modos que este tenía después de experimentar algo desagradable.

—¡Y-Yoongi!— Tartamudeó avergonzándose al instante por ello intentando no sonar tan desesperado como lo estaba.

—Ah, Jimin... -Suspiró de alivio a través de la línea y el rubio casi podría apostar a qué una sonrisa tranquila se pintaba en sus labios.— ¿Qué sucede? ¿Estás bien?

—Uh, ¿Puedes venir? —Dijo incluso cuando su cerebro mandó la frase "no es nada, lamento molestar". —Creo que alguien me está siguiendo.

Y bien, no había sido exactamente la mejor frase para describir la situación. En efecto, creía que alguien le seguía pero sabía perfectamente que se trataba de su imaginación, debió poner en contexto a Yoongi para no preocuparle pero fue demasiado tarde cuando este le respondió. "—¿Dónde estás? Voy para allá.—" Jimin pensó que podría pedir disculpas una vez el pelinegro llegara, le explicaría un poco y después le invitaría amablemente a hacer las compras con él, incluso tal vez podría convencerle de tomar una malteada en los puestos cercanos al supermercado. Sonaba como un buen plan dentro de su enmarañado cerebro aunque la vocecita del lado bueno de su consciencia le estaba insultando por volver a preocupar al mayor.

Después de darle los nombres de las calles en las que se encontraba y las indicaciones para encontrarle fácilmente, Jimin pasó el tiempo de espera ensayando un saludo para el pelinegro. Lo correcto sería una reverencia; pese a la confianza que pudiesen tener en el pasado, Yoongi no dejaba de ser su mayor y merecía el debido respeto, sin embargo era un tanto incómodo para Jimin. Quizá hasta para el Yoongi mismo.
También estaba el saludo de mano, un tanto muy formal pero funcional, aunque Jimin nunca fue de dar la mano con anterioridad y quizá Yoongi ni siquiera correspondería el apretón dada lo extraña que era la situación. Pensó en un abrazo pero al pelinegro no le hacía muy feliz la idea de que invadiesen su espacio personal sin avisar antes y un "—¡Hey! ¿Puedo abrazarte?—" sonaba tan desesperado como Jimin se encontraba e intentaba ocultarlo.

Ex Novio 🌼 YM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora