Ex Novio 🌼 YM

"Todo va a estar bien"

—¿Te molesta si fumo?

Yoongi hizo un ademán con su mano para restar importancia a la cajetilla aplastada de cigarrillos que Jimin mostraba nervioso después de sacarla de uno de los bolsillos delanteros de su pantalón. El objeto por sí mismo representaba el fracaso rotundo de un intento por encontrar una posición cómoda en el asiento del copiloto, el mayor se había percatado de todas y cada una de las veces en las que Jimin cruzó sus piernas alternando izquierda y derecha durante varios minutos sin lograr menguar el malestar que incrementaba conforme los kilómetros avanzaban y, aunque lo intentó, ni el aire fresco entrando por la ventana ni la música de la radio sonando a un volumen bajo pudieron distraerle lo suficiente para ignorar la necesidad de llevarse el cigarrillo a los labios.

—Sabes que también fumo, Jiminnie. No me molesta. —Le dijo.

—¿Quieres uno?

Pero Yoongi no pudo responder cuando un alto cambió el color del semáforo a rojo y le permitió observar con detalle al contrario mientras trataba de sacar una mecha estable del encendedor, llevando su mano a cuidar el fuego de la corriente de aire que se empeñaba en apagarlo antes de que la punta del cigarrillo pudiera ser completamente quemada.

—¿Necesitas otro encendedor? —Le preguntó con gracia al hacer evidente el entrecejo de Jimin demostrando fastidio al cuarto intento fallido y aunque Yoongi fingió no notarlo, era imposible no pensar en lo atractivo que el menor lucía de aquella forma. Ah, ¿se estaba sonrojando? Era injusto. Era sumamente injusto atacar de aquella forma a su corazón. El cabello le caía por la frente más largo de lo habitual y las ligeras ondas se cernían a su rostro bien esculpido por la madurez. Maldita sea, Jimin siempre le pareció guapo, era un chico lindo con un alterego malvado que podía ponerle la piel de gallina a cualquiera... pero justo en ese instante, luciendo así... Era la primera vez que Jimin usaba una ramera de manga corta en su presencia desde que comenzaron a frecuentarse otra vez y Yoongi no tenía la más mínima duda sobre ello porque recordaría perfectamente el tatuaje que se asomaba por encima de su codo de haberlo visto antes. ¿Qué decía? ¿"You..."? De verdad, este dongsaeng iba a provocarle una pérdida total de control. ¿Por qué estaba usando algo tan descubierto de todas formas? ¿Acaso no tenía frío? El otoño se terminaba y le daba la bienvenida lentamente al cruel invierno, era imposible que Jimin tuviese calor, siquiera que estuviera cómodo con el pronóstico del clima anunciando una mínima de diez grados apenas se ocultara el sol, pero lucía indiferente a ello de cualquier manera.
Entonces, recapitulando, su ex novio ahora tatuado, con el cabello largo, luciendo delgado con aquellos pantalones deportivos, siendo tan malditamente guapo como sólo él podía serlo, sentado a su lado, en su auto, con un cigarrillo entre sus -esponjosos y rosados, si Yoongi se permitía describirlos sólo un poco- labios y el rostro concentrado en su tarea... ¿Lo estaba haciendo a propósito?

—No te burles. —Entonces habló ronco, tanto como intentar no babear o morder el cigarrillo se lo permitió, irrumpiendo en la mente de Yoongi, haciéndole saltar ligeramente asustado de haberse expuesto lo suficiente para ser acusado de algo. —Toma. —Le tendió el cigarrillo por fin encendido y Yoongi tuvo que tragar duro para bloquear el pensamiento de un beso indirecto entre ellos al recibirlo torpemente con su diestra.

Se estaba comportando como un adolescente, lo sabía de antemano y se regañaba en bajos murmullos que esperó Jimin no notara pues no quería explicarse, pero era tan frustrante querer... ¿querer qué, en primer lugar? La situación no era la adecuada, estaban yendo hacía la clínica veterinaria donde habían dejado a Curry la noche anterior y Jimin se notaba altamente afectado por ello, estaba de más mencionar lo silencioso y decaído que se había mantenido después de subir al auto sin aún recibir una llamada de parte del médico encargado de Curry. Él no podía ponerse a pensar en lo mucho que el menor le revolvía el estómago sólo porque le llamó de forma cariñosa un par de horas atrás en un estado semi consciente por su recién despertar. Estaba siendo descaradamente egoísta por permitirse pensar en él de esa forma cuando estaba claro que lo que menos necesitaba Jimin en ese momento era una aguja más escondida en el inmenso pajar emocional que cargaba sobre sus hombros.