Personas como nosotros

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Tuvo que enviar un par de vídeos de sus días en la universidad con coreografías hechas por él mismo como parte de un portafolio para la fase final de su reclutamiento en la agencia.

Era un poco vergonzoso mirarse a sí mismo años atrás, no es que fuese malo, de hecho era bastante sorprendente la habilidad que tenía para tan poca experiencia en aquel entonces, es sólo que... era joven, un poco muy entusiasta tal vez y el orgullo que quiso sentir por el pequeño Jimin se transformó en algo bochornoso. No recordaba tener tantas fans tampoco, el eco de los gritos femeninos resonando desde el auditorio del campus hasta su piso a través de las bocinas de su computadora con cada paso que daba le hicieron querer cerrar la pantalla y no volver a abrirla hasta que su estómago pudiese digerir la vergüenza, sin embargo se obligó a ver todos los vídeos que tenía guardados de comienzo a fin para descartar los que pudiesen tener errores.

Esa misma tarde salió de su departamento con una carta de renuncia en su bolso.

Ingenuo de su parte pensar que entregarla era una tarea fácil; sintió el peso en sus hombros apenas puso un pie en la academia y Jongin le saludó con su habitual sonrisa corta.  Casi le hace desistir. —¿Cómo estás, Jimin? —La pregunta fue cordial, una simple costumbre, él no esperaba que Jimin fuese honesto ni tampoco que le contase detalles del viaje, de ser así el hombre habría detenido su ir y venir de un lado a otro con mobiliario en brazos que estaba sacando para reemplazarlo con nuevo, por lo que un "Bien." bastó para ambos.

—Ah, hay algo de que lo que quiero hablar... —Murmuró y aunque su voz comenzó ahogada tuvo que tomar el coraje suficiente para decirle que no podría continuar trabajando ahí.

La noticia fue inesperada, por supuesto, Jongin había estado planeando darle la plaza completa, se lo hizo saber, y quizá con ello esperaba escuchar un arrepentimiento pero él se mantuvo firme con la decisión de dejar la academia. Era tiempo de moverse, pensó. —Bien, lo que sea mejor para ti. —Pudo percibir la molestia en su tono cuando se despidieron para dar la que probablemente sería su última clase pues el mayor mencionó charlar los detalles de su renuncia una vez el día terminara.

Para bien o mal, las horas transcurrieron con demasiada prisa y la nostalgia, viendo a sus alumnos estirarse después de practicar arduamente, le puso bastante sensible.

Se paró frente a todos esos jóvenes llenos de sueños y con una sonrisa les agradeció por el tiempo que compartieron en ese salón. Algunos protestaron, otros simplemente le desearon buena suerte, y las chicas, quienes mejor le caían a Jimin, se acercaron a darle un cálido abrazo que no pudo evitar corresponder con la misma fuerza, todas a excepción de una, quien le miraba con recelo desde el rincón donde esperaría al chofer de sus padres por las próximas dos horas, seguramente.

—Regreso en un momento. —Le dijo a Eunchae apenas el último de los adolescentes salió por la puerta de la academia pero ella se había colocado los audífonos hace un rato ya con toda la intención de ignorarlo.

Jimin no esperaba un bono ni ninguna clase de indemnización, después de todo estaba renunciando, así que no fue una decepción real cuando Jongin dijo que no podía dárselo. También le regañó por avisar tan de repente, alegando que era poco profesional ausentarse durante días y regresar con una noticia así, y pese a que el castaño quiso decirle que de hecho podía seguir trabajando toda la semana, el mayor mencionó ya haberse puesto en contacto con alguien.

Incluso si fue un poco hostil el momento Jimin salió del pequeño despacho con una carta de recomendación y un sentimiento de paz en el pecho. Estaba desempleado, sin un plan b, esperando que de verdad aceptaran su solicitud en HYBE y esto no fuese un paso a la incertidumbre, pero también había un buen presentimiento dentro del caos.

Ex Novio 🌼 YM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora