Proceso

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Debía estar loco. Viéndose a sí mismo tocando el timbre de la casa de su infancia llegó a la conclusión de que el único tornillo que le mantenía cuerdo se había caído finalmente, no había otra explicación.

Le hubiese gustado que Yoongi le juzgara, que le hiciera entrar en razón, que cuestionara sus decisiones para hacerle saber de su desacuerdo con ellas pero en cambio el pelinegro se encontraba bastante entretenido mirando el lugar. Cómo no, sí Jimin jamás mencionó en el pasado que de hecho sus padres y su hermano vivían en una casa y no en un departamento como la mayor parte de la población en Corea lo hacía.

Toda la calle estaba repleta de las mismas estructuras. Un bajo portón eléctrico, un jardín y al fondo la casa que si bien no era excesivamente ostentosa, si se notaban recatada desde la distancia.

La única mirada que recibió de Yoongi para transmitir algo que no quiso decir en voz alta se pudo traducir como un "eras asquerosamente rico", acompañado de una sonrisa llena de burla. Jimin quiso insultarle por eso.

Sus padres no tenían una mala posición social y fue bastante cierto que tanto él como Jihyun asistieron a las mejores escuelas durante sus infancias, suficiente advertencia debió ser que incluso en malos términos, los señores Park compraron un departamento en Seúl para que su hijo mayor viviese ahí hasta que legalmente pudieran echarlo a la calle. Sin embargo a Jimin no le gustaba hablar de ello, no había nada qué presumir porque en realidad a él nada le pertenecía.

La puerta del portón se abrió con un zumbido y tan pronto como pasó también apareció su hermano menor tras ella invitándoles a entrar con una sonrisa bastante parecida a la que Jimin hacía cuando conseguía lo que quería.

—Hyung, es bueno verte. —Dijo abrazando al castaño muy fuerte, casi sacándole el aire.

No podía regañarlo por ello, no cuando no habían podido abrazarse en mucho, mucho tiempo; incluso si fue invasivo, incluso si le tomó por sorpresa, Jimin cedió un poco al contacto físico inesperado reprochándose a sí mismo que quizá para volver a ver a su hermano deberían de pasar otros diez años más, así que obligándose a aprovechar mejor el tiempo correspondió con un poco menos de fuerza, se atrevió a dar unas cuantas palmaditas en su espalda también.

—Así que usted es el famoso Min Yoongi-ssi. —Dijo dirigiéndose al mayor tras aflojar el abrazo hasta recuperar el espacio personal, reverenciando a manera de saludo tan pronto como Yoongi lo hizo primero. —No nos pudimos presentar de forma correcta ayer, lo lamento.

—Puedes llamarme "Hyung" también, no hacen falta las formalidades. Es un gusto. —Restó importancia Yoongi aguantando una risa muda por lo adorable que le pareció de pronto.

Los hermanos Park eran muy parecidos entre ellos pero a la vez sumamente diferentes. Jihyun era un par de pulgadas más alto que Jimin, más robusto también. Mientras que los rasgos y el cuerpo del castaño maduraron gráciles en una combinación perfecta entre lo masculino y lo femenino, el menor parecía haber heredado todas las facciones toscas y fuertes de su padre. No es que Yoongi supiese cómo se veía el señor Park en vida pero era bastante fácil hacerse a la idea teniendo a sus dos hijos enfrente.

—Jiminnie. —Llamó tan pronto como Jihyun comenzó a caminar unos pasos adelante de ellos por el pequeño jardín hasta dirigirles al interior de la casa. —Esta noche puedo ser sólo tu amigo si eso te hace sentir más seguro.

Pero lo cierto es que Jimin no necesitaba pretender ser algo que no era ni tampoco necesitaba que su madre aprobara su relación. Su vida, su hogar, su trabajo y las personas que le importaban estaban en Seúl, y aunque le ponía triste pensar que Jihyun y él volverían a ser hermanos a través de la pantalla de sus teléfonos una vez terminara el viaje, no podía atarse al fantasma de lo que fue y podría ser mendigando un poco de cariño, no en Busan.

Ex Novio 🌼 YM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora