Herida

527 73 50
                                    

—Entonces Jiminnie tuvo que llevar al chico a su casa. Dios, era tan joven, tenía apenas los dieciséis y se acercó a creyendo que podría ligar con él. —Relató Taehyung, en medio de los dos asientos traseros, recargándose en los respaldos delanteros para contar la anécdota a sus mayores. —La mamá del chico tenía un aspecto de espanto cuando Jimin le dijo de dónde le traía.

Seokjin manejaba con una sonrisa en los labios que sólo se ensanchaba conforme la historia avanzaba mientras que Namjoon disfrutaba desde el asiento del copiloto cómo la situación parecería tan rutinaria. Justo en ese momento sintió que jamás estuvo lejos de ellos realmente y se alegraba de que pese al distanciamiento que tuvo con los menores no fuese difícil conversar con ellos. Taehyung hablaba hasta por los codos mientras que Jimin se mantenía riendo bajo confirmando la veracidad de la anécdota. Namjoon pensaba que sería cuestión de tiempo para que el rubio entrase en confianza nuevamente y tuviese a un par de revoltosos peleando en los asientos traseros por la única soda de cola que había comprado a propósito.

—¿Cómo supiste que era tan menor, Jimin-ah? —Preguntó Jin.

—Era tan obvio, se comportaba como un niño. Era tierno pero al mismo tiempo... No lo sé, bastó con preguntarle a qué instituto asistía. —Se rió. —Él lo dijo en automático y después cubrió su boca como si se le hubiera escapado algo terrible.

—Jimin estaba de mal humor, el chiquillo también se había encargado de ahuyentarle cualquier posible prospecto de ligue. —Taehyung se recargo en su asiento nuevamente, intentando apaciguar el dolor de estómago que las risas le estaban provocando.

—Odié tanto esa noche, estaba tan ocupado con el trabajo que no pude salir antes con Taehyung. Era mi único día libre en sabrá quién cuánto tiempo. —Jimin habló agudizando su voz y levantando sus labios hasta formar un mohín inconforme. —Lo único que valió la pena de todo aquello fue escuchar a su madre pegar el grito en el cielo cuando le dije que el bar en el que nos encontramos no era precisamente para conocer chicas.

—¿Su madre no sabía que el chico era gay? —Preguntó Namjoon.

—¡Por supuesto que no! ¡Tenía una mirada aterrorizada! Su rostro se puso pálido para segundos después volverse rojo, tanto que creí que explotaría.

—¿Y qué pasó? —Seokjin le echaba miradas por el retrovisor sin descuidar del todo el camino, Jimin podía ver las arrugas de sus ojos indicando una sonrisa.

—¡Huí de ahí! Si me hubiese quedado a ver el desenlace seguramente terminaba con una orden de restricción.

—¿Era guapo, al menos?

—¡No! —Dijeron los menores al mismo tiempo, realmente sincronizados, a la par que Taehyung husmeaba en la bolsa de plástico que parecía haber estado oculta bajo el asiento del copiloto y que recién llamaba su atención.

—No podía considerarlo atractivo, me recordaba tanto a Jungkook cuando le conocimos. —Jimin perdió el interés en la conversación cuando la lata roja en las manos de su mejor amigo entró en su vista periférica.

Cada que salían de viaje en grupo Namjoon se encargaba de comprarles golosinas y bebidas a cada uno de ellos para no detenerse a mitad del trayecto, él mayor sabía perfectamente qué comprar y para quién comprarlo, por lo que se puso alerta cuando Taehyung fingió hacerse el distraído por la ventana mientras limpiaba la parte superior de la lata con el final de su camisa.

—Hyung. —Llamó Jimin a Namjoon, obteniendo una respuesta al instante con un sonido afirmando que le ponía atención. —¿Compraste Coca-Cola para ambos?

—Oh, sólo quedaba una en la tienda de conveniencia, lo lamento. Arréglenlo entre ustedes. —Y por la mirada cómplice que se dieron Seokjin y Namjoon en ese momento supo que había algo detrás de todo ello, pero no importó en ese instante.

Ex Novio 🌼 YM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora