Impostor

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Recién llegaba de un agotador y extremadamente largo día. No sólo había tenido que lidiar con su jefe regresándole el trabajo de casi dos semanas con correcciones enormes que debía entregar lo más pronto posible sino que también el tráfico en el que se había visto atrapado podría catalogarlo como algo inaguantable.

Tenía hambre, apenas había probado un bocadillo en la mañana acompañado de un café muy cargado mientras tecleaba en su computadora sin descanso alguno pero justo en ese momento era más su agotamiento emocional; tanto que desistió al instante cuando por su mente se cruzó la idea de preparar algo. Comería al día siguiente ya que hubiese recuperado fuerzas para pensar en algo más que no fuese dormir.

Abrió la puerta siendo recibido al instante por Holly, quién meneaba alegremente el rabo de un lado a otro por verle otra vez. Le dió un par de mimos mientras se sacaba los zapatos y los reemplazaba por sus cómodas sandalias de hogar. —¿Me extrañaste?— Dijo con ese, casi imposible de escuchar en él, tono chillón y empalagoso. —Yo también te extrañé, Holly~.

Dejó su chaqueta sobre el sillón y las llaves sobre la barra desayunadora que separaba su cocina de la sala. Despeinó un poco sus cabellos y tomó una roja manzana del refractario de cristal que había llenado apenas a principios de la semana con más fruta.

Se dirigió a su habitación con pasos flojos siendo seguido por el can que aún le rondaba las piernas alegremente. Yoongi agradeció mentalmente de tenerle en su vida al mismo tiempo que daba una mordida más a su manzana. El sabor en sus papilas acompañado con la suavidad que sus pies sentían y el brincoteo emocionado de su mejor amigo le hacían sentir reconfortado.

Estaba cómodo con esa cotidianeidad en la que se había sumergido desde hacia aproximadamente un año que fue contratado en la empresa en la que ahora se encontraba laborando.

Yoongi adoraba su trabajo, incluso cuando este le hacía desvelarse o tener fuertes episodios de estrés. Era todo que quería hacer apenas terminó la secundaria. Cuando joven, no entendió completamente el porqué sus padres decidieron dejar Daegu para comenzar su vida en Seúl, pero definitivamente fue algo que agradeció cuando tuvo la oportunidad de ingresar a la Universidad de Artes en la capital, una de las más reconocidas del país.

Trabajaba como compositor en una agencia de entretenimiento que apenas comenzaba con sus actividades y las de sus artistas. No tenía mucho de que se había inaugurado pero eso lo hacía aún mejor pues adaptarse a un protocolo de trabajo ya establecido no era necesario sino que podía formar el suyo junto con sus compañeros para un desarrollo laboral más productivo.

Además tenía un cómodo horario con el cual podía regresar temprano a casa y tirarse en su cama a no hacer nada durante el resto de la tarde y noche justo como lo ahora lo hacía.

Revisó tu teléfono, abrió Instagram y después Twitter pero no encontró algo lo suficientemente entretenido para mantenerle ahí pegado así que presionó el botón de inicio. Abrió Kakao después de dar otra mordida a su manzana.

"¿Te veré hoy?"

Decía el mensaje que no se había atrevido a contestar incluso cuando lo leyó apenas llegó. Desde el incidente de la lluvia y Jimin no había vuelto a ver a Suran, quién por cierto si se había molestado por el retraso y por la clara mentira que Yoongi estaba diciendo como justificación. Era malísimo para mentir y aunque la chica se había dado cuenta le agradeció mentalmente que se lo dejara pasar sin ni siquiera cuestionárselo

"Apenas llegué.
¿Quieres venir?"

Escribió pero no lo envío.

No se sentía de humor para recibir visitas ni tampoco para el contacto físico que estaba implícito en cada cita que se juntaban. Simplemente quería descansar. Invitarla a su departamento en un momento así le haría sentir incómodo y mucho más cansado.

Ex Novio 🌼 YM Donde viven las historias. Descúbrelo ahora