XII -To koutí tis Pandóras (Το κουτί της Πανδώρας) (I)

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-¡Hyung! -Yoongi giró hacia la voz lejana en el solitario patio de la escuela y, al ver a Jungkook correr hacia él, se quitó un auricular sin siquiera levantarse de su sitio. -¡Lo siento mucho! -Dijo, jadeando, al llegar a su lado.

En respuesta, Yoongi asintió y se levantó, colgándose su mochila y comenzando a caminar hacia la salida del recinto.
Al ver que el menor no le seguía, se paró y volvió su mirada hacia él.

-¿Vamos? -Preguntó.

Jungkook, confuso, se adelantó para llegar a su lado y seguirle los pasos.

-Me entretuve en clase. -Dijo bajito, intentando excusarse por su tardanza.

-Lo sé, te vi entrenando con Jimin. -Jungkook se sorprendió de su calmado tono y se dio cuenta de que no estaba molesto. -¿Tienes algo que hacer esta tarde o solo vamos a mí departamento?

-En realidad, tengo taekwondo.

-Está bien, te esperaré en casa.

-¿Quieres acompañarme? -Preguntó con ilusión de que quisiese verle entrenar.

-Que va. -Negó rápidamente con la cabeza. -Estaré bien esperándote.

Jungkook frunció los labios en una mueca de desilusión pero no se rindió.

-¡Va! ¡Acompáñame!

-Ya he dicho que no. No vas a hacerme cambiar de opinión.

El castaño caminó hasta ponerse delante de él, frente a frente mientras caminaba de espaldas para no entorpecer los pasos del mayor.

-¡Por favor, hyung! -Juntó sus manos en una plegaria, esperando que su compañero se compadeciera de él y aceptase.

Yoongi se quedó pensando con los ojos bien abiertos tras escucharle. Su estómago se removió de un modo extraño mientras que las comisuras de sus labios tiraron con intención de hacerle sonreír tontamente por el honorífico.
Nunca sintió esa clase de calor en su interior pero era apaciguador.

Sin darse cuenta, su mente voló a la notificación de embarazo que encontró entre los restos de su antigua casa y pensó en ese pequeño ser que podía haber sido su hermano.

Melancolía.

Enfocó sus ojos en Jungkook, quien seguía en la misma posición, caminando delante de él de espaldas a esperas de su respuesta y sonrió.

-Está bien. Solo por hoy, mocoso.

Jungkook asintió con una sonrisa de par en par en su rostro y volvió a su lado para caminar a la par.

-Hobi, ¿Luego vienes a cenar? -Preguntó la señora Park desde la sala de estar de su casa.

-¡Oh! Pues...

-¡No! -Gritó Jimin mientras bajaba de dos en dos las escaleras de su casa con una mochila colgada del hombro.

-¿No? -Preguntó Hoseok, confundido.

Él iba a responder que sí, como cada vez que le preguntaban.

-No. -Su madre se acercó con la ceja elevada, extrañada por la entrada tan acelerada de su hijo. -Lo siento mamá, es que... -Pensó rápidamente, ya que no había planeado que su madre invitara a Hoseok a cenar. -H-habíamos quedado en que hoy, Hobi, me invitaría a cenar. Otro día será.

Su mejor amigo lo miró con los ojos bien abiertos pero, al ver que la señora Park los estaba analizando a ambos, giró su mirada hacia ella y sonrió como si estuviera al tanto de los planes.

-¿Vais solos?

-Sí.

-Pero habrá mucha gente.

-La normal, mamá.

Del  Ἔρως al ἀγάπη ~Jikookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora